Evolución

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¿Qué es el canto gregoriano?

Es el Canto Litúrgico de la Iglesia Católica Romana. Es un verdadero compendio del arte musical mediterráneo, en el contexto de la liturgia cristiana en los primeros siglos. 

Al extenderse el cristianismo por el Imperio romano, la liturgia fue diversificándose según se tradujo a las distintas lenguas habladas en el Imperio: latín, griego, siríaco, copto, etc. Los mecanismos que sustentaron el desarrollo y crecimiento del repertorio musical cristiano durante estos primeros siglos fueron los propios de la tradición oral: La intercambiabilidad de melodías y textos, la ornamentación de las melodías por los solistas y el préstamo permanente de influencias entre las distintas regiones del Imperio hicieron del Canto Gregoriano y de sus liturgias hermanas un verdadero compendio del arte musical mediterráneo, desde Hispania y las Galias hasta el Oriente Medio.

La liturgia sinagogal judía -consistente en esencia en la recitación de textos sagrados y el canto de los salmos-, constituye la fuente de todas las liturgias cristianas, orientales y occidentales. La diáspora, la aculturación de las comunidades judías y, finalmente, el paso del tiempo y la dependencia de la tradición oral, hacen imposible una reconstrucción exacta de la liturgia judía de estos primeros tiempos.

Las más importantes liturgias llamadas pre-gregorianas eran:

  • Griega (imperio bizantino) 
  • Siriaca (Siria, Jordania y Palestina)
  • Copta (Egipto)
  • Latina (Europa Occidental)

La Latina estaba subdividida en: 

  • Romana (Italia)
  • Ambrosiana (Milán)
  • Visigótica o Mozárabe (España y Portugal)
  • Galicana (Francia)
  • Sarum (Islas Británicas)

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El nombre Canto Gregoriano

Viene de su atribución al papa San Gregorio I el Magno (t 604), lo cual es una simplificación de la realidad histórica, no carente de algún fundamento.

En el Siglo VIII, los artífices del Imperio Carolingio (Reino Franco), 3 siglos después del colapso del Imperio Romano de Occidente (año 476), el Rey Pipino el Breve y su sucesor Carlomagno, se proponen recuperar la unidad de la liturgia para Occidente, surgiendo así el canto gregoriano como un proyecto para unificar el canto de las liturgias -consistente en varios cientos de melodías- el Imperio, en un proceso que duraría casi un siglo.

Como una manera de darle prestigio se le atribuye su autoría al papa San Gregorio I. Este nuevo repertorio, que podemos llamar romano-franco, adoptado primero en la Galia, terminaría imponiéndose a las demás liturgias regionales. Esta formidable empresa contribuyó a la creación de un sistema de notación musical.