Evolución

Evolución

Evolución del Canto Gregoriano

A partir de la invención de la polifonía en el siglo IX

El Canto Gregoriano sigue siendo la base y el soporte principal sobre el que se desarrolla y evoluciona la polifonía a partir del siglo IX y X en adelante.

Precisamente los tropos y la escritura musical pudieron constituir el inicio de la decadencia del Canto Gregoriano. Pero una decadencia entendida más bien como actualización en el estilo de las últimas novedades y el progresivo olvido de sus características iniciales de ejecución. La aparición de la polifonía —la música a varias voces— y su control estricto del ritmo entre las mismas tuvo que afectar al Canto Gregoriano.

Cómo se construye el discurso polifónico a partir del Canto Gregoriano 

La polifonía se construye a partir de una melodía que es tomada del Canto Gregoriano original, este gran compendio de música de las diversas liturgias cristianas del mundo mediterráneo. Sobre esta melodía tradicional, que pasa a llamarse cantus firmus o vox principales, se agrega una voz paralela (organum paralelo) en sentido contrario (discantus) y toda la serie de recursos polifónicos cada vez más sofisticados que evolucionan con los siglos. Es decir, el Canto Gregoriano sigue siendo la base de desarrollo de la polifonía durante muchos siglos y su influencia y presencia latente permanece hasta la época contemporánea, conviviendo a partir del siglo XII con la irrupción de la cultura profana en la música. 

Ámbito de desarrollo de la polifonía

La música polifónica sigue desarrollándose en el ámbito eclesiástico. Es en los monasterios y abadías donde se desarrolla esta nueva técnica musical. Los temas de la música (de los cuales se tiene registro, ya que paralelamente hay un desarrollo no registrado de la música profana, que sigue la evolución polifónica originada en el ámbito religioso) siguen siendo temas principalmente religiosos, y la música sigue teniendo como objetivo ser un vehículo de transmisión de los textos sagrados. 

Dado el inmenso volumen del repertorio litúrgico cristiano -consistente en varios cientos de melodías-, los carolingios pusieron en marcha un ambicioso programa para difundir el canto romano a lo ancho de todo el Imperio en un proceso que se extendería durante un siglo aproximadamente. De esta formidable empresa resultarían tanto la invención de la notación musical como la concreción del canto gregoriano tal como lo conocemos.

Evolución

Así, el Canto Gregoriano no ha dejado de interpretarse en todas las épocas, pero con la estética propia de cada momento y sujeto a distintas reformas ligadas a la aparición de nuevos movimientos dentro de la Iglesia. La aparición de los tropos y de la polifonía, y su amplia difusión, no menoscabaron el uso del gregoriano en las iglesias, aunque, como decíamos, afectaron de modo directo a la interpretación del mismo.

Esta presencia constante de una música tradicional, considerada como sagrada, y la propia de la liturgia romana, ha perdurado hasta nuestros días y ha actuado como punto de referencia inexcusable para todas las composiciones de música sagrada, y como fuente inagotable de inspiración a los grandes compositores de todos los tiempos, desde los grandes polifonistas del siglo XVI, pasando por los del barroco, el clasicismo, hasta el modernismo de Debussy.