Evolución

Evolución

Fin del Sistema Modal

Elemento de identidad del Canto Gregoriano es también su sabor modal. Sus melodías no se estructuran siguiendo las reglas del sistema diatónico que se impuso a partir del período Barroco que se estructura basado en las armonías y las escalas mayores o menores. La ortodoxia del sistema tonal nos ha habituado únicamente a dos modos, afirmados desde el siglo XVII y socializados después en la cultura europea. Pero el canto litúrgico, se basa en la utilización de 7 escalas o modos llamados eclesiásticos o griegos, debido a su origen en la cultura helénica. Estos modos se construyen por la relación interválica de tonos y semitonos que existe entre las notas de cada escala o modo. Gradualmente, durante el renacimiento carolingio ya mencionado anteriormente, se produjo una «sistematización» docta (inspirada en modelos griegos) y funcional por su sencillo enlace entre fragmentos de canto (antífonas) y salmodias.

Nacieron los Tonarios, como compilaciones clasificadoras de todas las melodías dentro de un esquema de ocho modos, denominado octoechos. El nuevo sistema se basó en cuatro modos denominados «auténticos» y otros cuatro llamados «plagales».

Cada uno de estos modos, identificados en la música helénica (se consideraba que el ethos de los modos influía en los comportamientos humanos) tiene un carácter emocional propio. La elección modal colorea la pieza, le confiere una suerte de hábito ceremonial, asocia un peculiar timbre melódico a un comportamiento concreto de plegaria o a un determinado mensaje de revelación. La repetición ritual juega con las múltiples variantes comunicativas de las que se vale; el recorrido entre significantes y significado se simplifica y se torna unívoco y seguro. Actualmente, sin embargo, lejos de un tipo de conocimiento y de experiencia litúrgica, los modos suscitan más bien la fascinación de atmósferas insólitas o exóticas: lo que «ambientaba» peligra de percibirse como algo que «altera» aunque sigue siendo encantador y agradable.

El canto gregoriano utilizó los modos (escalas) griegos como base para sus líneas melódicas, por eso también se llaman modos gregorianos, los que estuvieron en uso durante la Edad Media y el Renacimiento.

Los modos heredados de la tradición griega son: jónico, dórico, frigio, lidio, mixolidio, eólico y locrio. A partir del período Barroco (siglo XVI) se restringió al uso de sólo 2 de estos modos: el jónico (escala mayor o diatónica) y el modo eólico (escala menor y sus variantes).

En sentido estricto, se denominan Modos o escalas modales a las escalas propias del Sistema Modal, utilizadas en la música occidental y heredadas de la tradición griega.

Modo es un tipo de escala definido según la relación interválica de sus notas, es decir, cada modo obedece a la forma en que se suceden los tonos y semitonos dentro de la escala. Definido de otra manera: en las escalas las notas están separadas por intervalos desiguales.

Transmisión

La distribución de estos intervalos, en tonos y semitonos, caracteriza a cada modo.

Hasta este momento el período polifónico occidental lleva aproximadamente 700 años de espléndido desarrollo y en las obras de los compositores el sistema modal, imperante hasta ese momento, va desapareciendo lentamente para ceder lugar al nuevo concepto armónico, con sus dos escalas fundamentales, el modo mayor y el modo menor, los únicos dos que quedan de los numerosos modos originados por la melodía unísona.

En efecto, en la segunda mitad del siglo XVII se cierra definitivamente el período modal y se inicia el novedoso período armónico con sus respectivas escalas y tonalidades, tan íntimamente ligadas al nuevo sistema de afinación temperada