La Ópera Romántica
P.ROMÁNTICO
La Ópera Romántica
Durante el Romanticismo la ópera experimenta una gran evolución que lleva a este género a su cumbre más alta y lo convierte en el espectáculo preferido de la burguesía. Se construyen teatros por toda Europa y los cantantes se convierten en verdaderos divos gracias al lucimiento vocal de sus arias.
La Ópera Italiana
En Italia, cuna de la ópera, surgen las principales escuelas que marcarán el desarrollo del género operístico en el resto de Europa. Podemos destacar dos corrientes de este género que se van a dar a lo largo del Romanticismo:
Bel Canto: Se caracteriza por la exhibición de las destrezas vocales de los cantantes mediante pasajes melódicos de gran exigencia técnica en el registro agudo de la voz, desarrollando un gran virtuosismo ligado a una gran expresividad.
Se destacan compositores como Gaetano Donizetti con El Elixir de Amor y Vincenzo Bellini con Norma. Gioacchino Rossini compuso la ópera más representada en todo el siglo XIX, El Barbero de Sevilla», y Giuseppe Verdi junto a Richard Wagner, representan la cumbre de la ópera del Romanticismo. Algunas obras destacadas de Verdi son Nabucco, Rigoletto, La Traviata, Aida y El Trovador.
Gaetano Donizetti (1797 – 1848) Una Furtiva Lágrima, Romanza para tenor de la ópera El Elixir del Amor:
Vincenzo Bellini (1801 – 1835) Casta Diva, aria de la ópera Norma:
Gioacchino Rossini (1792 – 1868) Obertura de la ópera El Barbero de Sevilla:
Giuseppe Verdi (1813 – 1901) Va Pensiero, Coro de la ópera Nabucco:
Verismo: Surge a finales del siglo XIX muy unido a las corrientes del realismo y naturalismo literario. Los argumentos de la ópera se centrarán en personajes de la vida cotidiana, reflejando sus emociones de forma realista sin idealizaciones románticas. Los máximos representantes de este tipo de ópera son Pietro Mascagni con Caballería Rusticana y Giacomo Puccini con óperas como Tosca, La Boheme y Madame Butterfly.
Pietro Mascagni (1863 – 1945) Intermezzo de la ópera Caballería Rusticana:
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Giacomo Puccini (1858 – 1924) Un bel di vedremo, aria de la ópera Madama Butterfly
La Ópera Francesa
París se convirtió en el siglo XIX en una importante capital de la actividad operística europea. En Francia también existen dos estilos de ópera:
La Gran Ópera: Caracterizada por sus grandes montajes escenográficos, que integran ballet, grupos corales y escenas multitudinarias. Entre los autores más destacados se encuentra Charles Gounod con su ópera Fausto, George Bizet con Carmen y Leo Delibes con Lakmé.
Charles Gounod (1818 – 1893) Margarita, aria de la ópera Fausto:
La Opereta: Estilo de ópera en la que se intercalan fragmentos cantados con otros hablados y normalmente sus argumentos son de carácter humorístico. Destacan compositores como Jacques Offenbach con La Bella Helena y Los Cuentos de Hoffmann.
Jacques Offenbach (1819 – 1880) Barcarolle de la ópera Los Cuentos de Hoffmann:
La Ópera Alemana
Durante la primera mitad del siglo XIX se desarrolló en Alemania una ópera inspirada en los ideales expuestos por los poetas y filósofos alemanes. Serán óperas con argumentos legendarios en los que la naturaleza y lo sobrenatural adquieren un papel protagonista. Destaca en esta época la obra de Karl Maria von Weber, al que podemos considerar el iniciador de la ópera romántica en Alemania. Su obra más conocida es El Cazador Furtivo.
Karl Maria von Weber (1786 – 1826) Obertura de la ópera El Cazador Furtivo:
La gran figura de la ópera alemana es Richard Wagner, que en una primera época enlaza con la tradición romántica, pero dará paso después a una gran reforma del género de enorme trascendencia en toda la música posterior. La idea de Wagner es crear un drama musical continuo y dar origen a La obra de Arte Total Algunas de las características de su drama musical son las siguientes:
-La ópera para Wagner busca la fusión de todas las artes (poesía, música, escenografía y acción) que se aglutinan de manera inseparable en sus obras.
-Utilización del leitmotiv, técnica que utiliza un motivo musical recurrente para representar personajes, hechos y situaciones.
-Instaura el concepto de melodía infinita, una línea melódica sin fin en la que no hay regreso a un estribillo o repetición variada del mismo tema sino evolución constante de la misma moldeada para dotar de mayor dramatismo a su obra.
-La música está al servicio de la expresión dramática. La orquesta tiene un papel principal en el desarrollo y explicación de la acción.
-Ampliación del formato: muchas de sus obras pueden sobrepasar las cinco horas sin interrupciones.
Algunos de los dramas musicales más importantes de Wagner son Tristán e Isolda, Tannhauser y El anillo de los Nibelungos, esta última es una tetralogía, es decir, es un ciclo de cuatro obras juntas.
Richard Wagner (1813 – 1883) Obertura de la ópera Tannhäuser:
La Ópera Española: La Zarzuela
En España, hasta el siglo XIX hay una gran influencia de la ópera italiana, hasta el punto de que muchos compositores e intérpretes italianos van a presentar sus obras en las cortes y teatros de nuestro país. Pero hacia el segundo cuarto de siglo se intenta revitalizar un género propio que hasta ahora no había tenido gran éxito: La Zarzuela.
Recordemos que la zarzuela española no es una ópera como tal, ya que intercala los fragmentos cantados con los hablados. Los argumentos de este género suelen ser cotidianos y cercanos al público, con notas cómicas abundantes. El lenguaje que se usa es también sencillo y asequible para espectadores sin grandes conocimientos musicales.