Serguéi Prokoviev
Ficha:
Compositor ruso
1891 – 1953
Obras:
- 14 Óperas
- 9 ballets
- 8 Músicas para Cine
- 7 Sinfonías
- 6 Conciertos para piano
- 2 Conciertos para violín
- 2 Cuartetos de Cuerda
- 11 Sonatas para piano
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BIOGRAFÍA
(Sontsovka, actual Ucrania, 11 de abril de 1891 – Moscú, 5 de marzo de 1953) Compositor, pianista y director de orquesta soviético. Como creador de obras maestras reconocidas en numerosos géneros musicales, es considerado uno de los principales compositores del siglo xx. Sus obras incluyen piezas tan escuchadas como la marcha de El amor de las tres naranjas, la suite El teniente Kijé, el ballet Romeo y Julieta, de donde se toma la «Danza de los caballeros», y Pedro y el lobo. Dentro de las formas y géneros establecidos en los que trabajó, creó siete óperas completas, siete sinfonías, ocho ballets, cinco conciertos para piano, dos conciertos para violín, un concierto para violonchelo, un concierto sinfónico para violonchelo y orquesta, y nueve sonatas para piano completadas.
Graduado en el Conservatorio de San Petersburgo, Prokóviev inicialmente se dio a conocer como compositor-pianista iconoclasta y logró notoriedad con una serie de obras ferozmente disonantes y virtuosas para su instrumento, incluidos sus dos primeros conciertos para piano. En 1915, Prokóviev hizo una ruptura decisiva de la categoría estándar de compositor-pianista con su orquestal Suite escita, compilada a partir de música originalmente compuesta para un ballet encargado por Serguéi Diáguilev de los Ballets Rusos. Diáguilev encargó otros tres ballets a Prokóviev: El bufón, El paso de acero y El hijo pródigo, que en el momento de su producción original causaron sensación entre críticos y colegas. Sin embargo, el mayor interés de Prokóviev fue la ópera y compuso varias obras en ese género, incluyendo El jugador y El ángel de fuego. El único éxito operístico de Prokóviev durante su vida fue El amor de las tres naranjas, compuesto para la Ópera de Chicago y posteriormente interpretado durante la siguiente década en Europa y Rusia.
La invasión nazi a la Unión Soviética lo impulsó a componer su obra más ambiciosa, una versión operística de Guerra y paz de León Tolstói.
Después de la Revolución de 1917, Prokóviev dejó Rusia con la bendición oficial del ministro soviético Anatoli Lunacharski y residió en los Estados Unidos, luego en Alemania, luego en París, y se ganó la vida como compositor, pianista y director de orquesta. Durante ese tiempo, se casó con una cantante española, Carolina (Lina) Codina, con quien tuvo dos hijos. A principios de la década de 1930, la Gran Depresión disminuyó las oportunidades para que los ballets y óperas de Prokóviev se presentaran en Estados Unidos y Europa occidental. Prokóviev, que se consideraba a sí mismo ante todo como compositor, resentía el tiempo que le tomaba hacer una gira como pianista, y recurría cada vez más a la Unión Soviética para solicitar encargos de nueva música. En 1936, finalmente regresó a su tierra natal con su familia. Disfrutó de cierto éxito allí, especialmente con El teniente Kijé, Pedro y el Lobo, Romeo y Julieta, y quizás sobre todo con Alejandro Nevski.
La invasión nazi a la Unión Soviética lo impulsó a componer su obra más ambiciosa, una versión operística de Guerra y paz de León Tolstói. En 1948, Prokóviev fue acusado de producir «formalismo antidemocrático». Pese a esa acusación, disfrutó del apoyo personal y artístico de una nueva generación de intérpretes rusos, especialmente Sviatoslav Richter y Mstislav Rostropóvich: escribió su Novena sonata para piano para el primero y su Sinfonía concertante para el segundo.