Hechos Históricos

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La Peste Negra

La devastación de la Peste Negra (1348) y otros desastres trajeron un repentino final al periodo anterior de masivo desarrollo filosófico y científico.

Después de una de las pandemias más devastadoras de la historia, la peste negra, el continente europeo se vio inmerso en un periodo de inestabilidad y pobreza, con más de un tercio de la población muerta a causa de la enfermedad. Esta crisis sanitaria influyó en el arte, provocando que diferentes movimientos artísticos nacieran y se extendieran por toda Europa.

Las consecuencias de la peste negra incluyeron una serie de trastornos religiosos, sociales y económicos que tuvieron profundos efectos en el curso de la historia europea. La peste negra fue una de las epidemias más devastadoras en la historia de la humanidad que alcanzó su punto máximo en Europa entre los años 1347 y 1350. Redujo la población mundial de un total estimado de 450 millones a entre 350 y 375 millones. Se necesitaron 80 años, y en algunas áreas más de 150 años, para que la población de Europa se recuperase. La peste no fue erradicada hasta el siglo XIX.

Desde la perspectiva de muchos de los supervivientes, sin embargo, el impacto después de la plaga fue mejor de lo esperado, ya que el trabajo tenía una mayor demanda, la disponibilidad de tierra era mayor, los salarios elevados y la servidumbre casi había desaparecido. Además, la gran reducción de la población causada por la plaga trajo precios más baratos de la tierra, más alimentos para el campesino medio y un aumento relativamente grande en el ingreso per cápita.

Un siglo más tarde, cuando se reanudó el crecimiento de la población, los campesinos volvieron a enfrentarse a la privación y el hambre.

Persecución

Debido a que los curanderos del siglo XIV no sabían explicar la causa de la peste negra, los europeos recurrieron a las fuerzas astrológicas, los terremotos y el envenenamiento de los pozos por parte de los judíos como posibles razones para el surgimiento de la peste.​ Los cristianos acusaron a los judíos de envenenar el suministro público de agua en un esfuerzo por arruinar la civilización europea. La difusión de este rumor condujo a la destrucción completa de pueblos judíos, al notar que los judíos habían perdido menos vidas, debido a su mayor higiene.​ 

Control Salarial

Las autoridades locales y reales en Europa Occidental instituyeron controles salariales. Estos controles gubernamentales buscaron congelar los salarios en los niveles anteriores antes de la Peste Negra. Se dice que las enérgicas medidas para controlar los precios de los trabajadores y los artesanos fueron una respuesta a los temores de la élite sobre la avaricia y los posibles nuevos poderes de las clases inferiores que habían ganado nueva libertad.

Innovación que ahorra trabajo

En el año 1200, prácticamente toda la cuenca del Mediterráneo y la mayor parte del norte de Alemania habían sido deforestadas y cultivadas. La flora y la fauna autóctona fue reemplazada por pastos y animales domésticos y se perdieron bosques nacionales. Con la despoblación, este proceso se revirtió. Gran parte de la vegetación primigenia regresó, y los campos y pastos abandonados fueron reforestados.

​La Peste alentó la innovación de tecnologías que ahorran mano de obra, lo que llevaba a una mayor productividad. Hubo un cambio en la agricultura de granos a la cría de animales. El cultivo de granos requería mucha mano de obra, pero la cría de animales solo necesitaba un pastor y algunos perros y pastizales.

Cambio en la visión del sentido de vida: se revaloriza lo secular

Algunos optaron por arrepentirse de sus pecados, otros por llevar amuletos; pero otros abandonaron la religión por completo para llevar vidas hedonistas. Fue así que, paradojalmente, en medio del apocalipsis, comenzaron a tener lugar tertulias y fiestas. Muchos creían que el fin estaba cerca y ya no les importaba conservar sus pertenencias, sus casas se convirtieron en propiedad común. Los asistentes podían entrar a cualquier casa y reclamarlas como suyas porque la gente ya no estaba preocupada por los derechos de propiedad.

Estas personas sentían que la muerte era inevitable y, al final, todos intentaban evadirla lo mejor que podían. En el proceso, el orden social se deterioró gravemente.

En este contexto, mientras el orden social de Europa se derrumbaba, la forma musical florecía en nuevos territorios y hubo una inclinación hacia la música profana. Diversos compositores empezaron a explorar estructuras de danzas seculares como el virelai, balada y el rondeau. Estas obras eran parte de un movimiento hacia una música más compleja y que integraba cada vez más el tejido social secular de la vida europea, no solo la parte religiosa.

Una de las medidas preventivas básicas para enfrentar una epidemia es la cuarentena. Así fue como el compositor francés Guillaume de Machaut (c. 1300-1377) sobrevivió a la primera oleada de la peste negra. Durante su aislamiento se dedicó a experimentar con la canción secular, escribiendo numerosos poemas que musicalizó en forma de balada y virelai (una de las formas musicales del Ars Nova francés) cuya influencia sobre el panorama musical posterior es innegable. Una de las más bellas baladas proviene de su historia Le Livre dou Voir Dit, y se titula «Nes que on porroit».

Guillaume de Machaut (1300 – 1377): Balada Nes que on porroit les estoilles nombrer:

Otros músicos se enfrentaron a situaciones más difíciles y trágicas: uno de los repuntes de la peste negra ocurrido en 1504 hizo huir de Ferrara a Josquin des Prés (c. 1450-1521), quien se desempeñaba como maestro de capilla en la catedral de esa ciudad. Su puesto fue inmediatamente cubierto por el famoso compositor de misas neerlandés Jacob Obrecht (1458-1505), quien no corrió con suerte y murió víctima de la peste al año siguiente. 

El Decamerón

Mientras tanto, en una Italia diezmada por la “mortífera pestilencia”, Giovanni Boccaccio (1313 – 1375) escribía El Decamerón (1353), libro formado por cien cuentos narrados durante 10 días por un grupo de diez jóvenes que se encierran en una villa en las afueras de Florencia para intentar escapar de esta terrible epidemia. Cada uno de los diez días de confinamiento abordados en el libro concluye con una canción cuyo objetivo es brindar consuelo a los protagonistas frente al implacable avance de la enfermedad. Algunos compositores de la época y posteriores retomaron estas canciones y las musicalizaron. En el siglo XVI, las canciones de El Decamerón de Boccaccio se convirtieron en fuente de inspiración para numerosos compositores renacentistas, como Pierluigi de Palestrina y Claudio Monteverdi. 

Giovanni Pierluigi de Palestrina (1525 – 1594) Madrigal Gia fu chi m’ebbe cara e volontieri giovinetta:

Claudio Monteverdi (1567 – 1643):

Conclusión

El nihilismo y escepticismo que provocó esta tragedia mundial fue uno de los tantos factores que influyó en lo que después se conocería como el Renacimiento. La secularización y emancipación del arte es el sustrato en el cual se basa hoy en día una gran parte de la cultura occidental.

Invención de la Imprenta

El desarrollo de la música en el Renacimiento se vio influenciado por diversas circunstancias tales como el desarrollo de la economía europea, que promovió el intercambio de ideas ente músicos, la Reforma Luterana y la Contrarreforma.

También surgió, hacia 1450, un evento que transformó el mundo al facilitar la educación y la comunicación: Johann Gutenberg inventó la Imprenta. Esta nueva tecnología fue tan bien aceptada que hacia 1473, se aplicó a los libros litúrgicos con notación de canto llano. Con la invención de la impresión con tipos móviles en el siglo XV, la imprenta se convierte en el medio más habitual para producir y divulgar textos, mientras que la música continúa, en esa época, transmitiéndose en códices manuscritos. Esto, en parte, se debe a la ausencia de una notación musical uniforme y consensuada, pero, sobre todo, a la dificultad técnica de incluir y alinear notas y líneas musicales, además de un posible texto. Lo que se solía hacer era añadir las líneas a mano, ya fuese antes o después de realizar la impresión de la música. Otras veces, en cambio, lo que se hacía era imprimir las líneas y un escriba se encargaba de añadir las notas y los textos a mano.

Ottaviano Petrucci (1466 – 1539) uno de los impresores de música más innovadores del siglo XV y XVI, creó un sistema que consistía en una triple impresión de líneas, texto y notas en tres pasos sucesivos. Los resultados eran muy limpios y elegantes, pero el proceso resultaba demasiado largo, difícil – ajustar las tres impresiones de manera precisa requería una gran maestría – y no era reproducible a gran escala. 

En 1501 imprimió una colección de canciones polifónicas franco-flamencas, Harmonice Musices Odhecaton, que fue la primera edición de música impresa de la historia. A ella le siguieron numerosas copias de música profana y religiosa. Aún hoy en día, una edición de Petrucci sigue siendo muy apreciada por su nítida impresión, y uno de los más hermosos objetos musicales que se puedan contemplar. Si bien el uso de la imprenta para la copia de partituras no se generalizó sino hasta el siglo XVII, el aporte de Petrucci a la difusión de la música es fundamental. El trabajo de muchos compositores de la época ha llegado a nosotros gracias a las recopilaciones de Petrucci, como Josquin Després, o Antoine Busnoys. 

Josquin Després (1440 – 1521) Lamento, Canción Secular Nimphes, Nappes

Antoine Busnoys (1430 – 1492) Le corps s’en va et le cuer vous demeure / El cuerpo se va y el corazón permanece

La aparición de la impresión en la música, permite un mayor acceso a partituras y tratados teóricos, dando alcance de la escritura musical a un público más amplio, y los compositores son estimulados a la composición de nuevos géneros, especialmente a los más populares entre los aficionados como canciones en los idiomas propios y música instrumental.

En el año 1520, el inglés John Rastell ideó un modelo distinto en el que las líneas, palabras y notas formaban parte de un mismo caracter y, por tanto, solo era necesaria una impresión. El método gustó más que el de Petrucci, pese a que los resultados eran menos precisos, y se difundió por toda Europa, convirtiéndose en el método estándar hasta la llegada de la calcografía en el siglo XVII.

Calcografía: el método más usado hasta los tiempos modernos

La limitación que tenían los tipos móviles residía en que eran demasiado estáticos, lo que impedía duplicar muchos de los detalles de los manuscritos. Por ese motivo, las imprentas recurrieron a otras técnicas de impresión, entre las que se encontraba la calcografía. El proceso consistía en la realización de incisiones con las líneas, notas y texto directamente en una plancha. Posteriormente, se llenaban de tinta y se usaban para imprimir dichas incisiones en papel. El resultado de impresión era de altísimo nivel, tanto que editoriales de música, como G. Henle Verlag, continuaron realizando calcografía a mano en sus partituras hasta el año 2000.

En un principio, las incisiones de las planchas se realizaban de forma libre y a mano. Posteriormente, se crearían herramientas específicas para cada elemento:

  • Cinceles para las partituras.
  • Buriles elípticos para el crescendo y el decrescendo.
  • Buriles planos para añadir ligaduras.
  • Punzones para las notas, las claves, las armaduras y las letras.

La calcografía fue la técnica mayoritaria para la impresión de partituras hasta finales del siglo XIX, momento en el que cae en declive por el desarrollo de la tecnología fotográfica.

Escritura a mano: la importancia de las anotaciones manuales

El desarrollo de la impresión de partituras contribuyó a la estandarización de los símbolos de la notación musical, dejando poco espacio a las variaciones inevitables que se producían en la transcripción manual. Sin embargo, los compositores continuaron escribiendo su propia música a mano, antes de pasársela a un copista y, posteriormente, a una imprenta para su distribución.

Con la difusión de la impresión por calcografía, se vuelven bastante habituales los folios de partituras con las líneas ya impresas sobre los que escribir las notas. En el siglo XX, las partituras se imprimían a veces en papel de calco o papel velo, lo que facilitaba hacer correcciones y revisar el trabajo a los compositores. Además, permitía hacer más copias mediante un proceso de exposición fotográfica. Si, en cambio, el papel utilizado era mate, debía tener una textura fina, de forma que la tinta no se expandiese. La tinta siempre era de color negro.

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1453: Caída del Imperio Romano de Oriente 

Luego de transitar por su período de esplendor entre los siglos IX y XI, el Imperio Romano de Oriente, también conocido como Imperio Bizantino, comenzó un gradual y constante lapso de decadencia, que terminaría con su efectiva desaparición en 1453. A mediados del siglo XI, la expansión de los musulmanes era ya un proceso ampliamente consolidado, que había llegado hasta las fronteras del Imperio Bizantino. Posteriormente, a las ofensivas islámicas en la zona, se les sumaron las campañas de conquista ejecutadas por el Imperio Mongol, quienes arribaron hasta las fronteras de los territorios musulmanes y bizantinos. 

Durante el siglo XII el Imperio Bizantino comenzó a demostrar diversos síntomas de su fragilidad institucional, que se vieron reflejados en la drástica pérdida de sus dominios a través de los siguientes siglos. A principios del siglo XIII, los cruzados saquearon y tomaron Constantinopla, en ocasión de la Cuarta Cruzada, fundando allí el Imperio Latino. Los bizantinos debieron refugiarse en algunas pocas ciudades del imperio que quedaron en su poder, y desde donde continuaron la tradición imperial original. En 1261, los bizantinos recobraron el control del imperio, aunque habían perdido gran cantidad de territorios a manos de los turcos. De allí en adelante, los otomanos realizaron aún más conquistas sobre el Imperio Bizantino, que casi estaba acorralado sobre las costas el oeste asiático, contando con algunas posesiones en Europa.

Durante el siglo XIV, y hasta mediados del XV, los otomanos efectuaron continuas invasiones sobre los bizantinos, quienes debieron resignar casi la totalidad de sus dominios en Asia, sólo conservando Constantinopla y algunas ciudades al norte. En tanto, los emperadores cristianos trataron de negociar en varias oportunidades con los turcos, sobre todo con el fin de mantener los pocos territorios que les quedaban en la región. Sin embargo, las propuestas nunca resultaron del todo satisfactorias para los emperadores turcos, que, hasta 1453, realizaron varios sitios a Constantinopla, sin lograr el éxito en ninguno. Sucede que los bizantinos siempre lograron asegurar un punto de reabastecimiento marítimo, que les brindó provisiones para resistir la embestida enemiga.

Ante las interminables ofensivas de los turcos, los bizantinos buscaron entablar una alianza con los estados occidentales. Este hecho, fundamentalmente, representaba un acercamiento entre las iglesias romana y ortodoxa, que se habían separado por serias diferencias, por medio del Cisma de 1054. Con la consolidación de la alianza entre ambas entidades, se produjeron numerosos debates en Constantinopla, ya que había personas que estaban en contra del acercamiento, como tantas otras a favor. En 1451, Constantino XI y Mehmed II, emperadores de los Imperios Bizantino y Otomano, respectivamente, comenzaron a tener varias confrontaciones luego de un período de paz entre ambas entidades. A raíz de ello, ambas fuerzas se vieron involucradas en un enfrentamiento dos años más tarde, en las puertas de Constantinopla. Para encarar la resistencia de la ciudad, los bizantinos contaban con un ejército muy reducido, sobre todo en comparación a las tropas otomanos. Esto fue el resultado de la disminución poblacional que Constantinopla había sufrido en los siglos anteriores, llegando a contener solamente de 10 % de la máxima cantidad de habitantes que había ostentado alguna vez.

En abril de 1453, los otomanos comenzaron el sitio final a Constantinopla. 

El asedio a Constantinopla se extendió hasta el 29 de mayo de 1453, día en que el sultán otomano Mehmed II lanzó un ataque total a las murallas, compuesto principalmente por mercenarios y prisioneros.

Al principio, los bizantinos pudieron rechazar los avances enemigos. Pero, en un descuido de los cristianos, los otomanos lograron ingresar a la ciudad y, en pocos minutos, hirieron gravemente al líder de la resistencia cristiana, el comandante genovés Giovanni Giustiniani Longo, quien debió ser retirado del campo de batalla y, posteriormente, de la ciudad. Longo murió en viaje marítimo a Génova, a causa de sus heridas. Este episodio marcó el final de la resistencia cristiana en Constantinopla. A continuación, gran parte de los soldados bizantinos, totalmente desmoralizados ante la pérdida de su caudillo, empezaron a abandonar sus puestos y desertar de la contienda. En tantos, los guerreros griegos combatieron hasta la muerte, así como también lo hizo Constantino XI, quien cumplió la palabra que le había dado a Mehmed. Luego, el emperador fue decapitado por sus enemigos, que se llevaron su cabeza, mientras que los bizantinos le dieron sepultura al resto de su cuerpo. 

En tanto, los bizantinos que quedaron con vida pudieron continuar sus vidas en la ciudad. Sin embargo, Mehmed designó un nuevo patriarca, de manera que se aseguró el control del lugar. 

De esta manera, se produjo la desaparición del Imperio Bizantino, o Imperio Romano de Oriente. Los territorios que lo habían conformado pasaron a formar parte del reconocido e histórico Imperio Otomano. Luego, Constantinopla cambió su nombre a Estambul, donde se trasladó la capital de Imperio Turco, cuyas fronteras, en su época de mayor esplendor, se expenderían hacia las cercanías de Viena.

Consecuencias

La caída de Constantinopla causó una gran conmoción en Occidente, ya que se pensaba que era el principio del fin del cristianismo. Tuvo una gran implicación simbólica, pues fue vista como la superioridad de una religión frente a otra. Se llegaron a iniciar conversaciones para formar una nueva cruzada que liberase Constantinopla de la dominación turca, pero ninguna nación pudo ceder tropas en aquel tiempo. Los mismos genoveses se apresuraron a presentar sus respetos al sultán y así pudieron mantener sus negocios en Pera por algún tiempo. Con Constantinopla, y por ende el Bósforo, bajo dominio musulmán, el comercio entre Europa y Asia declinó súbitamente.

Ni por tierra ni por mar los mercaderes cristianos conseguirían pasaje para las rutas que llevaban a la India y a China, de donde provenían las especias usadas para conservar los alimentos, además de artículos de lujo, y hacia donde se destinaban sus mercancías más valiosas.

De esta manera, las naciones europeas iniciaron proyectos para el establecimiento de rutas comerciales alternativas. Portugueses y castellanos aprovecharon su posición geográfica junto al océano Atlántico para tratar de llegar a la India por mar. Los portugueses trataron de llegar a Asia circunnavegando África, intento que culminó con el viaje de Vasco da Gama entre 1497-1498. 

En cuanto a Castilla, los Reyes Católicos financiaron la expedición del navegante Cristóbal Colón, quien veía una posibilidad de llegar a Asia por el oeste, a través del océano Atlántico, intento que culminó en 1492 con la Conquista de América, lo cual dio inicio al proceso de exploración y colonización del Nuevo Mundo. Los dos países, otrora con influencia relativa en el escenario político europeo, ocupados como habían estado en la Reconquista, se convirtieron en el siglo XVI en las naciones más poderosas del mundo, creando, según Immanuel Wallerstein, el sistema moderno mundial.

Además, en el terreno de lo político, la conquista de Constantinopla generó una única entidad administrativa para un territorio completamente otomano. Esto creó un imperio central de una fortaleza a la cual Europa, dividida, no podía presentar respuesta. Asimismo, dejó en claro la precariedad de los métodos de guerra europeos frente al avance de los turcos. La gran diferencia se dio en el uso de la artillería, debido al manejo de la pólvora que los turcos adquirieron.

En el terreno económico, los florentinos, pronto establecieron buenas relaciones con el sultán. Fueron sus favoritos entre los italianos y sentía una admiración especial hacia la familia de los Médicis. Con todo, hubo que esperar cinco años antes de poder negociar un convenio comercial con el sultán. Desde entonces representaron un papel primordial en el comercio del Oriente. Para muchos cristianos la prontitud de las ciudades mercantiles para traficar con el “infiel” les pareció una traición a la fe. Venecia, en particular estaba desempeñando un papel equívoco, procurando organizar, por un lado, una cruzada contra los turcos y por el otro enviando embajadas amistosas al sultán para salvaguardar su comercio. Esta contradicción que se ve en Venecia, fue muchas veces la que rigió a Europa durante la Edad Moderna: la preponderancia de los intereses políticos y económicos por sobre lo religioso.

La Reforma Protestante

Se llama Reforma Protestante, o simplemente Reforma, a un movimiento religioso que provocó la división del catolicismo y el surgimiento de diversas iglesias, a las que se las denomina genéricamente como protestantes.

La Reforma se inició en Wittenberg, capital del ducado de Sajonia, en la actual Alemania, a principios del siglo XVI. Su impulsor fue el monje y teólogo alemán Martín Lutero (1483 – 1546), quien el 31 de octubre de 1517 clavó Las 95 Tesis, en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg. En ese documento, de su autoría, criticó diversas prácticas de la iglesia católica, entre ellas la venta de indulgencias y la acumulación de bienes materiales. Su prédica, a favor de un retorno a los valores del cristianismo primitivo y en contra de la autoridad del Papa sobre toda la cristiandad, dio origen al protestantismo. A este movimiento religioso adhirieron muchos de los príncipes que gobernaban los más de 300 Estados en los que se dividía el Sacro Imperio Romano Germánico.

La palabra «protestantes» comenzó a ser utilizada a partir de 1529, cuando varios príncipes alemanes firmaron la Protesta de Espira, un documento en el que manifestaron su disconformidad por los intentos del emperador Carlos V de someterlos a la autoridad del Papa.

La Reforma protestante fue una rebelión contra el liderazgo espiritual de Roma. Lutero inicia el movimiento en Alemania y luego el protestantismo se extendió hacia otras regiones de Europa: Calvino y sus seguidores en Francia (Calvinismo), los Países Bajos y Suiza, y Enrique VIII rompe con la Iglesia Católica en Inglaterra (Anglicanismo). La actitud hacia la música varía en cada uno de estos países.

Los efectos de la Reforma protestante fueron profundos en todos los ámbitos. Las tasas de alfabetización aumentaron fuertemente, debido a que se animó a los protestantes a leer la Biblia por sí mismos, y la educación pasó a ser prioridad. Se estableció el concepto de propaganda para difundir los planes personales o de grupos. La imprenta y los libros producidos a gran escala pasaron a ocupar un lugar central en la sociedad. Los ideales democráticos se hicieron más aceptables y se formaron naciones-estado, al hacerse más predominante el nacionalismo.

La Era de la Expansión Europea experimentó también la influencia de la Reforma, porque los países católicos europeos intentaron colonizar el llamado «Nuevo Mundo» para su fe, cosa que hicieron más tarde los grupos protestantes. Las consecuencias de la Reforma fueron, de hecho, de tan amplio espectro, que son prácticamente imposibles de enumerar, aunque ninguno de los actores principales pudiera al principio imaginar su alcance.

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La Reforma y su influencia en la Música occidental

Antes de 1517 la Iglesia Católica controlaba la mayor parte de la música religiosa en Europa. La participación laica era mínima. En las iglesias, la mayoría de la gente escuchaba cantos llanos, interpretados en latín por un coro. Las obras de teatro que describían historias bíblicas introdujeron la religión al pueblo en sus propios idiomas, pero la música vernácula raramente cruzó la puerta de la iglesia.

Lutero rompió esas estrictas divisiones y transformó la vida musical cristiana que, para él, no era solo para sacerdotes y coros distantes, sino que estaba «al lado de la teología» y era «un regalo de Dios». Y, como tal, debía ser accesible a todo el mundo. «Al embellecer y ornamentar sus melodías de forma magnífica, los cantantes pueden conducir a los demás hacia una danza celestial», dijo.

El canto en latín fue sustituido por el alemán cotidiano y ese estilo se convirtió en una parte clave de la identidad de sus seguidores.

Lutero se encargó personalmente de impulsar esos cambios, buscando que los niños aprendieran música en los colegios y trabajando con otros reformistas para producir himnarios protestantes. También escribió letras que «imitaban la forma de hablar de la gente» y agregó letras religiosas a canciones tradicionales reconocibles.

La imprenta fue clave en la difusión de la Reforma. Los himnos de Lutero se vendían como panfletos y eran enseñados a ciudades enteras por cantantes itinerantes y pronto los himnos luteranos salieron de su bastión en Sajonia, pasando a ser cantados en zonas católicas y traducidos al inglés.

El Coral Luterano

El Coral luterano es el principal género creado por la Reforma, mediante el cual las congregaciones aprendían los principios de la fe y celebraban las fiestas religiosas. Tiene una organización simple a 4 voces: la melodía en la voz de soprano y textura de acordes en las otras 3 voces.

En la práctica se alternaban estrofas cantadas a cuatro voces con otras cantadas al unísono por la congregación. Este género musical tendrá una influencia decisiva en el desarrollo de la música en el período Barroco e impulsará la consolidación de la estructura a 4 voces: soprano, contralto, tenor y bajo, que se había iniciado ya a principios del Renacimiento, y que tendrá su desarrollo máximo con el genio de Johann Sebastian Bach, influenciando el desarrollo posterior del Período Clásico y Romántico.

La Contra-Reforma

La Contra-Reforma católica nace como respuesta a la Reforma Protestante. El papa Paulo III nombrará, en 1536, una comisión que habría de encargarse de analizar los motivos de la crisis protestante e intentar encontrarle una solución. Sus lineamientos son los del Concilio de Trento realizado entre 1545 y 1563. Se busca de esta manera corregir una serie de abusos y vicios generados en la iglesia con el correr de los siglos. Se realizaron una serie de propuestas de carácter disciplinar y moral con las que se pretendía atajar el problema de la escisión. Entre ellas las hubo referidas a la música religiosa, que recomendaban la vuelta al canto gregoriano, ya que “esa música logra, de algún modo, por misterio del Espíritu Santo, que todos los que la oyen se enciendan, en modo admirable, no de una alegría vana, sino del profundo deleite de la mente, que los mueve a alabar a Dios”. Algunos radicales, pedían la vuelta al canto llano; el canto puro de la voz alabando a Dios sin la utilización de los instrumentos musicales.

En Trento se revisaron y discutieron prácticamente todos los preceptos del cristianismo, uno de ellos fue el de la lengua en que debe ser dicha la misa. Las jerarquías reunidas en el Concilio no creían necesario que los fieles comprendieran lo que escuchaban; no se pide comprensión, sino adoración, y aceptación del misterio sagrado, por lo que, a diferencia de las ideas luteranas, se acordó que no era conveniente celebrar la Misa de ordinario en lengua vulgar. Trento pretende regular qué tipo de música es la más adecuada para acompañar al culto y ve muchos abusos en la práctica musical. Los más radicales pidieron la vuelta al canto gregoriano, pues veían que se habían introducido en el templo elementos profanos, lascivos, y que “parecían hechos más para regalo del oído que de la mente” y las complicadas texturas polifónicas, que nacieron en el seno de la propia Iglesia, hacían inentendibles los textos de las diferentes voces. 

Los instrumentos musicales son vistos como objetos que conducen al pecado. Se entienden como elementos profanos, para el deleite sensorial, y no como elementos propios para el culto divino. 

El Concilio había contemplado incluso, al igual que los calvinistas, renunciar al uso de la polifonía. Afortunadamente hubo opiniones contradictorias, y en especial la del Papa Marcello II que incitó al compositor Palestrina a escribir en un estilo sobrio y homofónico. En efecto, Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525 – 1594), prueba que los textos sagrados pueden ser inteligibles. La más famosa de sus Misas, la Misa del Papa Marcelo, considera el texto, pero sin renunciar al entramado polifónico. La obra de Palestrina está asociada principalmente a su importante papel en la elaboración del estilo oficial de la música de la Contrarreforma; en este sentido la publicación de la Misa del Papa Marcelo en 1567 es determinante, puesto que indica netamente esta novedad: “novo modorum genere” (una nueva manera de componer).

Siglos XVI y XVII: La Revolución Científica

Se conoce con el nombre de Revolución Científica al cambio drástico en el modelo de pensamiento que tuvo lugar entre los siglos XV, XVI y XVII, en Occidente, durante la Edad Moderna temprana. Transformó para siempre las visiones medievales sobre la naturaleza y la vida. Sentó las bases para el surgimiento de la ciencia como la comprendemos hoy en día.

La Revolución Científica nació en Europa a finales del Renacimiento. Fue fruto de las nuevas ideas en materia de física, astronomía, biología y química, y con ellas el cambio en el paradigma filosófico que produjo con posterioridad el movimiento social e intelectual conocido como Ilustración.

Las fechas exactas de aparición de este fenómeno son debatibles, pero generalmente se toma el año de 1543 como su punto inicial, cuando se publicó la obra cumbre de Nicolás Copérnico De revolutionibus orbium coelestium (“Sobre los movimientos de los orbes celestes”).

Del mismo modo, se señala tradicionalmente su final en el año 1632, cuando Galileo Galilei publicó su Dialogo sopra i due massimi sistema del mondo Tolemaico, e Copernicano (“Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo: el tolemaico y el copernicano”), o bien con la publicación de los Principia de Isaac Newton en 1687.

En ese período se desarrollaría la idea de un mundo objetivo, impersonal y mecánico, en oposición a la cosmovisión teleológica y antropocéntrica de Aristóteles, que había perdurado a través de los filósofos de la naturaleza medievales. Los trabajos de Copérnico, Kepler, Galileo Galilei e Isaac Newton fueron precursores de un conocimiento científico basado en la experiencia, de manera que desde entonces las teorías se construirían a partir de los hechos extraídos de las observaciones y los experimentos. 

La Europa del Renacimiento fue una época de un cambio en las ciencias, en las artes y en general un cambio de visión del mundo esto se debe al impulso que los nuevos métodos en astronomía y física que se estaban imponiendo y que cambiaron la mentalidad de los hombres de aquella época.

Antecedente: La Teoría Geocéntrica de Ptolomeo, vigente hasta el siglo XVI

La teoría geocéntrica (también llamado modelo geocéntrico, geocentrismo o modelo ptolemaico) es una teoría astronómica que sitúa a la Tierra en el centro del universo, y a los astros, incluido el Sol, girando alrededor de la Tierra (geo: Tierra; centrismo: agrupado o de centro).

El geocentrismo fue la visión del universo predominante en muchas civilizaciones antiguas, entre ellas la babilónica.​ En el siglo II d. C. el astrónomo griego Claudio Ptolomeo (100 d.C. – c. 170 d.C.)​ en su obra Almagesto, introdujo un sistema geocéntrico utilizando epiciclos, deferentes y ecuantes que tendría una amplia aceptación. 

1543: Copérnico formula la Teoría Heliocéntrica

El modelo de Ptolomeo estuvo en vigor hasta el siglo XVI cuando fue reemplazado por la Teoría Heliocéntrica de Nicolás Copérnico (1473 – 1543), quien se basa en la teoría heliocéntrica del sistema solar, concebida en primera instancia por Aristarco de Samos (310 a. C. – 230 a.C.) en el siglo III a.C.

Siglo XVII: Galileo Galilei confirma la Teoría Heliocéntrica de Copérnico

Galileo Galilei (15644​ – 1642), físico y astrónomo italiano que, junto con el astrónomo alemán Johannes Kepler, protagonizó la revolución científica que culminó con la obra del físico inglés Isaac Newton. Su principal contribución a la astronomía fue el uso del telescopio para la observación y descubrimiento de las manchas solares, valles y montañas lunares, los cuatro satélites mayores de Júpiter y las fases de Venus. En el campo de la física formuló las leyes que rigen la caída de los cuerpos y el movimiento de los proyectiles. En la historia de la cultura, Galileo se ha convertido en el símbolo de la lucha contra la autoridad y de la libertad en la investigación.

Galileo es considerado como uno de los padres de la física moderna, especialmente por la introducción del cálculo matemático en el estudio de las leyes físicas, desacreditando las explicaciones aristotélicas sobre la caída de los cuerpos y el movimiento de los proyectiles.

En 1609 transformó un anteojo fabricado en Holanda en un auténtico telescopio, con el que observó que la Luna no era una esfera perfecta, como se deduciría de las teorías de Aristóteles, sino un lugar con una geografía accidentada. Descubrió cuatro satélites que giraban alrededor de Júpiter, poniendo en duda la afirmación de que la Tierra era el centro de todos los movimientos celestes, confirmando la Teoría Heliocéntrica de Copérnico. Expuso sus observaciones en el texto Sidereus nuncius (1610). En 1632 consiguió el imprimatur para su obra Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo, tolemaico e copernicano, a pesar de lo cual fue sometido a proceso eclesiástico por la «Santa Inquisición» en 1633 por defender la teoría heliocéntrica y condenado a reclusión perpetua.

 

Obligado a abjurar de sus creencias, se le atribuye la célebre frase «Eppur si muove» («sin embargo, se mueve»). Condenado a prisión de por vida, perderá la vista en 1638, muriendo 4 años después. Escribió asimismo Discorsi e dimostrazione matematiche intorno a due nuove scienze (1636). En 1992 la Iglesia rehabilitó públicamente a Galileo.

La última obra de Galileo, Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos ciencias nuevas relacionadas con la mecánica, publicada en Leiden en 1638, revisa y afina sus primeros estudios sobre el movimiento y los principios de la mecánica en general. Este libro abrió el camino que llevó a Newton a formular la ley de la gravitación universal, que armonizó las leyes de Kepler sobre los planetas con las matemáticas y la física de Galileo.

Siglo XVII: Isaac Newton formula La Teoría de Gravitación Universal

Isaac Newton (1642-1727) transformó drásticamente nuestra visión del cosmos. Aclaró las leyes que rigen cómo se mueven los cuerpos físicos, y postuló la Teoría de la Gravedad que persistió sin cuestionar hasta que Albert Einstein la reemplazó a principios del siglo XX por la Teoría de la Relatividad.

Esta ley fue formulada por Isaac Newton en su libro “Philosophiae Naturalis Principia Mathematica”, en 1687, donde estableció por primera vez una relación proporcional, deducida empíricamente de la observación, de la fuerza con que se atraen dos cuerpos con masa.

En esencia, la ley de la gravedad de Newton dice que todos los objetos del universo se atraen mutuamente.

Newton aplicó las leyes terrestres de la mecánica a todo el cosmos, lo que implicaba que la naturaleza está regida por unas leyes universales. En sus Principia (1687) enunció la Ley de la Gravitación Universal y las leyes del movimiento. En su obra Opticks (1704) estudió la naturaleza de la luz, formuló los principios de la óptica y la teoría del color. También desarrolló el cálculo matemático integral y diferencial. En 1672 presentó a la Royal Society el primer telescopio reflector de utilidad práctica que tendría una trascendencia enorme en el desarrollo posterior de la Astronomía. 

En su obra más importante, los Principia (1687), Newton estableció las tres leyes que rigen el movimiento de los cuerpos. También estudió la fuerza existente entre la Tierra y la Luna, una fuerza que resulta ser proporcional a cada una de las masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ambos cuerpos. Newton tuvo la genialidad de generalizar esta ley para todos los cuerpos del universo estableciendo así la Ley de la Gravitación Universal

El poder de la Ley Gravitatoria radica en que condensa todo lo que Copérnico, Kepler y Galileo habían tratado de explicar acerca del sistema solar. 

Asimismo, la ley de la gravedad de Newton puede utilizarse para explicar cómo gira la Tierra en torno al Sol porque ambos cuerpos tienen masa y, en consecuencia, se produce una atracción mutua entre ellos.

Una vez más, es la Tierra la que gira en torno al Sol y no viceversa, porque el Sol es mucho más masivo que la Tierra. De hecho, la fórmula de la gravedad de Newton puede incluso utilizarse para predecir que las lunas y los planetas seguirán unas órbitas elípticas, que es exactamente lo que Kepler demostró después de analizar las observaciones del astrónomo Tycho Brahe.

Una de las grandes contribuciones de Newton fue la introducción del cálculo diferencial e integral. El filósofo y matemático alemán Gottfried Leibniz (1646-1716) también inventó el cálculo infinitesimal de manera completamente independiente de Newton y ambos grandes hombres se embarcaron en una desgraciada controversia sobre la prioridad de la invención, una controversia que se prolongó hasta la muerte de Leibniz en 1716.

Siglos XV a XVII: La Época de la Expansión y Exploración Europea

A comienzos del siglo XV los europeos sólo conocían Europa y los territorios que rodeaban el mar Mediterráneo y el mar Negro. También sabían que existía la India, China y Japón por los viajes de algunos viajeros medievales como Marco Polo.

El resto del mundo no era conocido por los europeos. No sabían casi nada del interior de África y Asia y ni que existían otros continentes como América y Oceanía.

Causas de La Exploración Europea

La era de los grandes descubrimientos y exploración de territorios desconocidos por los europeos se inició a principios del siglo XV, con los viajes de marinos españoles y portugueses en el océano Atlántico, y se extendió hasta el siglo XVII, cuando el dominio europeo alcanzó prácticamente a todo el mundo.

  1. Desde fines de la Edad Media, se produjeron adelantos técnicos, los que junto al desarrollo científico facilitaron los viajes de exploración.
  2. El surgimiento del Estado moderno aumentó el poder de los reyes, quienes buscaron incrementar sus posesiones territoriales, lo que implicó la creación de un aparato administrativo y militar que consumía grandes recursos económicos.
  3. La naciente burguesía mercantil obtenía del comercio grandes ganancias, por lo que se interesó en invertir en las exploraciones. Por otro lado, artesanos, villanos y otros grupos, limitados por la estructura estamental de la sociedad, vieron en la expansión una posibilidad de lograr riqueza y ascenso social.
  4. Durante los siglos XV y XVI, una nueva mentalidad, influenciada por las ideas del humanismo y el Renacimiento, estimuló el individualismo, que se tradujo en el afán de las personas de la época por alcanzar la gloria y la fama, al tiempo que despertó en ellos un espíritu de aventura y la curiosidad, alimentada, a su vez, por los relatos de viajes extraordinarios, como el que hizo Marco Polo.
  5. La toma de Constantinopla por el Imperio Otomano en 1453, dificultó el comercio europeo con Oriente. Pero como la exploración de nuevas rutas requería de grandes sumas de dinero, Portugal y España solo pudieron comenzar las exploraciones una vez finalizados sus procesos de unificación territorial y centralización política.
  6. Debido a su localización geográfica, tanto España como Portugal buscaron nuevas rutas comerciales que les permitieran llegar a Oriente, para evitar los cobros excesivos por los productos y encontrar nuevas fuentes para surtirse de metales preciosos.

El surgimiento de los Estados modernos en Europa significó, entre otros hechos, la consolidación de los reinos

de Portugal y de Castilla y Aragón en España. Estos Estados comenzaron a competir por la búsqueda de rutas comerciales que les permitieran obtener mayores ganancias, pues debido a su localización geográfica los caminos tradicionales encarecían el valor de los productos importados, especialmente los de Oriente. Ambos Estados iniciaron proyectos con el objetivo de conseguir especias, como la pimienta, metales y telas preciosas, además de expandir, en el caso de los españoles, la fe católica.

En este contexto se produjo el viaje de Cristóbal Colón que permitió a los europeos llegar a América, continente que fue llamado Nuevo Mundo.

Los viajes de exploración de los siglos XV y XVI fueron posibles gracias a la expansión económica y demográfica de Europa, los avances en la navegación y el apoyo de los Estados monárquicos que, aliados con prestamistas privados, esperaban obtener materias primas, esclavos para el trabajo y nuevos consumidores a los que vender su producción en los territorios de ultramar.

H.Históricos

La Expansión Portuguesa

La expansión portuguesa se inicia con la toma de Ceuta en 1415. Ante las dificultades que implicó recorrer el interior de África, el príncipe Enrique el Navegante propuso bordear sus costas, lo que les permitiría establecer factorías y un lucrativo comercio de oro y esclavos. En 1455, Portugal obtuvo del papa Nicolás V la propiedad de todas las tierras descubiertas “desde cabo Bojador hacia Guinea y más allá”, lo que provocó conflictos con los reinos de Castilla y Aragón. Para establecer la paz, se firmó el Tratado de Alcazovas (1479), que repartió los territorios del océano Atlántico entre ambas coronas.

La Expansión Española

Tras finalizar su proceso de unificación política, la corona española buscó una nueva ruta hacia Oriente, distinta a la ya establecida por los portugueses. En este contexto se presenta ante los Reyes Católicos el proyecto de Cristóbal Colón.

Los conocimientos de Colón de la costa africana, junto a su lectura de los trabajos del científico florentino Paolo Toscanelli, que sostenía que era posible llegar a las Indias navegando hacia el Oeste, sentaron las bases de la expansión española. Isabel I, reina de Castilla, le dio el apoyo político necesario para el viaje. El 12 de octubre de 1492, junto a su tripulación, logró llegar a la isla de Guanahani, actual San Salvador. Colón supuso que la isla era parte del continente asiático y tomó posesión de las nuevas tierras en nombre de los Reyes Católicos.

Tradicionalmente, se ha señalado que Colón “descubrió” América. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX se han propuesto nuevos conceptos para explicar lo que representó el arribo español a América:

Encuentro o Conquista. Tras el éxito obtenido en la expedición de Colón, los Reyes Católicos se dirigieron al Papa Alejandro VI para asegurar sus dominios. El Pontífice, mediante la Bula Menor Intercaetera (1493), dividió el mundo descubierto entre Portugal y España, lo que dejó insatisfecho al rey Juan II de Portugal, quien negoció directamente un nuevo acuerdo con los Reyes Católicos. El Tratado de Tordesillas (1494) estableció un límite ficticio a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde: las tierras situadas al este pertenecerían a Portugal y las ubicadas en el oeste, a España.

La Primera Vuelta al Mundo

En 1519 salió de Sevilla una expedición de cinco barcos y 250 marineros cuyo capitán era Hernando de Magallanes y su contramaestre Juan Sebastián Elcano. Su objetivo era encontrar el paso entre los océanos Atlántico y Pacífico y conseguir dar la vuelta al mundo.

En 1520 encontraron el estrecho que unía ambos mares y al que llamaron estrecho de Magallanes.

Cuando la expedición regresó a España, llegó una sola nave con 18 hombres. Habían conseguido dar la primera vuelta al mundo y demostrar que la Tierra es esférica.

Consecuencias de la Expansión Europea 

Como consecuencia de las exploraciones y conquistas, Portugal y Castilla crearon dos grandes imperios ultramarinos (al otro lado del mar).

Para evitar problemas entre estos dos países, realizaron un pacto que se recogió en el Tratado de Tordesillas de 1492. En este tratado se decidió que a Portugal le correspondían las tierras de África y Asia y Brasil. Para Castilla quedaban la mayor parte de las tierras de América.

Los descubrimientos también significaron un gran avance en las ciencias, ya que permitieron un mejor conocimiento de las tierras y océanos, se conocieron nuevas especies vegetales y animales. Todo ello dio un gran impulso a la geografía, las ciencias naturales y la cartografía. 

Significó también la afluencia de metales preciosos a Europa produjo un auge del comercio internacional y los efectos que tuvo la reforma protestante en la mentalidad y en la actitud frente al trabajo y el éxito económico fue la causa de un cambio en el paradigma de la actividad económica consolidando el capitalismo mercantil.