Período Histórico
Edad Antigua

Período Musical

La Música en el Mundo Antiguo

Antecedentes: La Música Primitiva

La música, inmaterial y efímera, casi nunca fue fijada en la antigüedad; las pocas notaciones que han perdurado solamente dan una pálida idea de su vida sonora. La música del mundo antiguo ha desaparecido. Es fascinante considerar de cuantos modos distintos se ha manifestado la música, y como, con todas sus diferencias, estirpes y razas que vivieron separadas y alejadas, recorrieron caminos hallándose en extraños e insospechados encuentros: griegos y japoneses, hindúes y árabes, europeos e indios del Norte de América. Es extremadamente improbable pensar que la música tuvo un solo origen. La música, generada del impulso motriz del cuerpo, de las vagas imágenes de la mente, de nuestras emociones en toda su extensión y profundidad, impide cualquier intento de reducción a una simple fórmula. Todos los grupos, pueblos y razas del mundo, han vivido en constante relación desde los inicios de la historia; se han encontrado por medio del matrimonio, el comercio o la guerra, generando intercambios y fusiones que fueron modificando la cultura primitiva.
Sin embargo, la música ha permanecido como uno de los elementos más constantes en la evolución de la humanidad. Así, comunidades de un nivel cultural relativamente alto –como por ejemplo Polinesia y Micronesia, y muchos grupos de campesinos europeos – conservan estilos musicales de naturaleza sorprendentemente arcaica. Por ello, también, la música de pueblos con menor grado de desarrollo mantiene un nivel evolutivo muy antiguo sin interferencia de culturas más avanzadas. Los pueblos primitivos presentes hoy en el mundo usan todavía instrumentos que son del mismo tipo que aquellos que han sido extraídos de las excavaciones de las tumbas de nuestros antepasados neolíticos. El Oriente ha mantenido con vida varios géneros de melodía que la Europa Medieval extinguió, sofocada por la estrechez del sistema armónico, mientras en el Medio Oriente suenan todavía los instrumentos que introdujo en Occidente hace un milenio. La música primitiva no representa un lenguaje personal, no es la expresión individual de los maestros, si no que canta la vida entera de la tribu; sus aspiraciones y las aspiraciones colectivas.

Vínculo entre el canto y la palabra

El canto en las culturas primitivas no tiene una existencia independiente de las palabras, por cuan insignificantes que éstas puedan ser; ni puede haber poesía sin canto. La poesía, en el sentido más amplio, lleva la melodía en conjunto con las palabras lejos del discurso hablado.

Las primeras melodías

Las más antiguas melodías que se pueden rastrear son formadas por dos notas, en un registro medio. En cambio, las melodías de un solo sonido son relativamente raras. Un ejemplo ilustrativo de melodías primitivas ha sido hallado entre los Botocudos de Brasil oriental, que repiten hasta el infinito un pequeño grupo de notas, y entre los pigmoides de la tribu Dèm, en Nueva Guinea Central, que repiten insistentemente dos notas a una distancia de una cuarta, un intervalo más amplio del que podría esperarse. Una primera evolución llevó el número de sonidos de dos a tres, aunque después de ser agregado este tercer sonido, el núcleo original se mantuvo intacto. El nuevo tercer sonido aparece casi siempre al final de la frase, cuando el núcleo estaba bien establecido, y solo raramente fue introducido al inicio.

Características principales de la Música Primitiva

La música primitiva se basa en la usanza habitual y el instinto y no sobre el conocimiento. A pesar de sus limitaciones, su desarrollo y perfeccionamiento se basa en tres tipos de canto: Logogénico o “nacido de la palabra” es el origen de los primeros cantos. A partir del canto logogénico se desarrolló el principio de repetición, aparece un incipiente centro tonal, se crean secuencias, el canto por partes e incluso la imitación perfectamente canónica. El Patogénico, generado por la pasión y el impulso motriz para la expresión de emociones. Su evolución fue el origen de divisiones en el registro melódico: fueron delineadas las octavas, y después los intervalos entre los sonidos. La forma Melogénica, mezcla y de la fusión de los dos estilos fundamentales, representa un desarrollo superior que del intercambio e interacción entre distintos pueblos primitivos que otorga una movilidad cultural que se opone al poder negativo de la inercia y de la imitación primitivas.

Orden melódico: principio de repetición

Siendo aún rudimentarias, las melodías primitivas no están privadas de orden. Dado que son indefinidamente repetidas, estas siguen el mismo principio de coordinación usado por los niños cuando cantan un pequeño esbozo de melodía; los intérpretes que recitan los dramas épicos en Finlandia, Yugoslavia y Egipto y probablemente en la Grecia homérica siguen los mismos principios, así como los compositores modernos de bajos obstinados, chaconas y pasacalles. Muchos de estos módulos son vehículos para las palabras y no piezas en sí mismas; de hecho, son destinados a ser entendidos más que escuchados. La poesía primitiva está igualmente fundada en repeticiones, modificadas sin duda de modo que las palabras no permanezcan inertes.

Música y Cuerpo

Como actividad de nuestro cuerpo, la música es inseparable del impulso motor. El canto es una actividad propia de la totalidad de nuestro ser, lo cual requiere el uso de casi todos nuestros músculos, del estómago a la cabeza y en los primitivos, sobre todo, los brazos y las manos. La relación entre el cantar y los movimientos de los brazos es tan estrecha que los antiguos egipcios expresaban el concepto de cantar con la perífrasis “tocar con las manos”. Esta expresa el temperamento del músico como el gesto, la danza, el modo de caminar, característica común de todas las culturas primitivas. Esta es la razón por la cual pueblos del mismo nivel cultural tienen melodías que difieren solo en las extensiones.

Intervalos de las primeras melodías

Hasta hace poco tiempo los estudiosos eran inclinados a suponer que, en estas primitivas melodías de dos sonidos, habría una evolución en el intervalo entre ambas notas, de las más pequeñas a las más grandes distancias, lo que no es del todo cierto. Algunos pueblos primitivos prefieren melodías de dos sonidos con intervalos mayores a un intervalo de segunda y los niños más pequeños de la Europa moderna, como es posible comprobar, habitualmente improvisan por intervalos de tercera, incluso antes de cantar por segundas. En la música primitiva el intervalo de una melodía depende más de un impulso motor que de la mentalidad. El problema no es precisamente cuestión de desarrollo. Los intervalos y saltos melódicos, responden a impulsos motrices del ser humano más que a raciocinios intelectuales. Sí se puede hallar un rastro de transición, más que una evolución: una tercera que ocasionalmente remplaza una segunda o, viceversa, una segunda que sustituye una tercera.

Polifonía Primitiva

La presencia de la armonía y la polifonía no ha sido patrimonio exclusivo del Occidente, medieval y moderno. Existen muchos ejemplos primitivos formas rudimentarias de polifonía, aunque esta no llegó al inmenso y trascendente alcance de la polifonía inventada en el siglo IX en Francia, de la cual derivó el posterior desarrollo de la música occidental europea. Cuando, en grupos musicales primitivos, varios cantantes o instrumentistas siguen la misma melodía, ellos se otorgan la libertad de variar los detalles menores, generando casuales choques melódicos sin consideraciones de consonancia o disonancia, originando una heterofonía en apariencia anárquica, sin obedecer a reglas teóricas como es el caso de la polifonía occidental. A menudo este atrevimiento tiene su particular fascinación, y quien haya escuchado las ricas y coloridas sinfonías de Bali y Java no negará que esta libertad artística produce positivas fuentes de belleza.

Notas pedal o bordon

Los bordones (notas sostenidas mientras otra voz desarrolla una línea melódica), tienen una importancia relativamente escasa en la música primitiva. Una mujer de los Kubu mantiene una nota alta mientras un hombre canta una melodía simple a dos notas, pero estos bordones continuos son raros. En muchos casos estos acompañamientos son intermitentes, como una característica regular o irregular. Los bordones irregulares son más frecuentes; un solo o un coro que acompañan la melodía repiten alguna nota mientras la otra parte sube o desciende, o se detiene en una especie de pausa. En casos similares el acompañamiento, desde el punto de vista técnico, no parece estar fuera del caso fortuito: en una palabra, de la verdadera hetereofonía.

Separación primitiva entre música Vocal e Instrumental

El estilo vocal y el instrumental, en la música primitiva, no se fundían nunca y no convergían en la música. La melodía no es una concepción abstracta para realizarse indiferentemente con instrumentos o con voces humanas. Tocar ciertos instrumentos y cantar textos poéticos eran dos actos separados que no se resolvían en uno; no existe en ninguna lengua primitiva una palabra correspondiente a nuestro término colectivo “música” que comprendiera ambos. Sucede así que la voz destacada por los rígidos golpes del tambor puede elevarse y espaciarse con una libertad ilimitada; tanto que la voz y el tambor siguen sin ningún inconveniente dos ritmos del todo distintos, generando a veces un sentimiento particularmente intenso. Este sentimiento es muy fuerte en ciertas tribus aborígenes de la India, donde el ritmo cruzado se desarrolla en una verdadera polirritmia.

Período Musical

Alternancia en el canto: Antífona

La antífona es la forma musical que viene asociada al paralelismo poético. Significa la alternancia en el canto de dos versos paralelos de parte de las dos mitades de un coro, o el canto alternado de un solista y del coro que responde. En la Iglesia romana tiene el nombre de canto responsorial. Cuando, en grupos de trabajo, o en grupos de danzantes, dos solistas, o un solista y un coro, alternados –sea para evitar el cansancio o sea para acentuar el dualismo de alguna pantomima –, combatían fingiendo un cortejo, la lucha entre el claro de luna y la noche oscura.
La antífona responsorial es aún usada en muchas de las formas de la liturgia hebrea. Los yemenitas, particularmente, cantan el Hallel (alabanza) en la forma adoptada de los habitantes de Jerusalén de la época del Templo, forma que viene retomada de los babilonios en el aniversario de la Pascua. Testimonios de antífonas no hebreas, son representadas en ejecuciones cómicas de los Nubios del alto Egipto, los cuales han conservado fielmente de la antigua civilización muchos rasgos del antiguo Egipto. Todos estos testimonios son puestos a la luz en una carta de uno de los padres de la Iglesia, Basilio (330-379) que sostiene el canto de los salmos en la forma antifonal y responsorial, como lo practican los egipcios, los libios, los tebanos, los árabes, los fenicios, los libios y los sirios, lo que demuestra que el canto antifonal y responsorial, entre Libia y Mesopotamia, era universalmente difundido.

Las Grandes Civilizaciones

La Edad Antigua se inicia en el año 4.000 a.C., con el nacimiento de la escritura, y finaliza en el año 476 d.C., con la caída del Imperio Romano de Occidente, acontecimiento con el que comienza la Edad Media. Las Primeras Civilizaciones Históricas surgieron en torno a las cuencas de los grandes ríos del Próximo Oriente. Fue en Egipto, a lo largo del río Nilo, y en Mesopotamia, en las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates, donde se desarrollaron las primeras civilizaciones consideradas históricas. Según fueron pasando los siglos otros pueblos o imperios fueron surgiendo sustituyendo a algunos de los existentes, de manera que hay que prestar atención también a los Persas, los Fenicios y los Hebreos.
En esa zona del Creciente Fértil (también llamado Medialuna de las Tierras Fértiles) el hombre había descubierto la agricultura. Las posibilidades que para el desarrollo de la agricultura proporcionaban el agua y la fertilidad de la tierra de los valles de estos ríos hizo posible el aumento de la producción de alimentos. Con ello creció la población y aparecieron los excedentes agrícolas que permitieron el intercambio de alimentos por otros productos, dando así lugar al nacimiento del comercio y al desarrollo y especialización en otros trabajos que no fueran el de agricultor. Hacia el IV milenio A.C. los pueblos que habitaban estas zonas habían transformado ya las pequeñas aldeas en ciudades, cuya organización supuso el nacimiento de una organización administrativa que se encargara de establecer leyes y normas para el buen funcionamiento de la ciudad. La necesidad de registrar los intercambios comerciales y de dar a conocer las leyes hizo posible el Nacimiento de la Escritura, uno de los inventos de mayor trascendencia en la historia de la humanidad.
El País en Medio de Ríos (Mesopotamia, como lo denominaron los griegos) estaba conformado por tres grandes regiones: en el Norte montañoso Asiria, en el centro Akad y en el sur Sumer. Hacia mediados del IV milenio a.C. el pueblo de Sumer se estableció en la zona pantanosa de la desembocadura de los ríos Tigris y Éufrates. Drenando los pantanos, canalizando el agua y construyendo diques puso en cultivo las tierras. Fue el primer pueblo en crear una sociedad organizada, en forma de ciudades estado, entre las que destacaron Ur, Eridu, Uruk, Lagash, Unma. Una ciudad-estado era una ciudad independiente, gobernadas por un Patesi o Lugal. Luego, en el territorio de Mesopotamia se establecieron distintas formaciones políticas y administrativas. Las ciudades sumerias fueron invadidas a mediados del III milenio a.C. por un rey de Akad (Sargón I), que las unificó y las convirtió en un imperio. En el siglo XVIII a C. una de las ciudades del sur, Babilonia, se impuso sobre las otras llegando a formar un imperio que lleva el nombre de su ciudad de origen, es decir el Imperio Babilónico. En torno al siglo XIV a.C. los Asirios conquistaron el resto del territorio y formaron un nuevo imperio. Los asirios fueron derrotados en el siglo VII a. C. por los babilonios, dando lugar al llamado imperio Neobabilónico que fue destruido por los persas en el 559 a.C.

Egipto

La civilización egipcia se desarrolló en torno al río Nilo. Este río, que nace en el centro de África, convierte en tierra fértil las tierras circundantes producto de las inundaciones periódicas. El origen de la civilización egipcia se ha unido siempre a esta peculiaridad de su río, que al proporcionar buenas cosechas favoreció el aumento de población. Egipto tiene dos regiones bien diferenciadas: al Norte, en el delta del Nilo, el Bajo Egipto, al Sur, el Alto Egipto. Ambas regiones fueron unificadas por el legendario rey Menes (año 3000.a.C.), iniciador de un imperio gobernado desde la ciudad de Men Men Nefer (la fortaleza, la Menfis de los griegos), dividido en veinte nomos (provincias) gobernados por representantes del faraón, los nomarcas. Como símbolo de las dos regiones del imperio los faraones siempre llevaron dos coronas, la roja del Bajo Egipto y la blanca del Alto Egipto. Desde el punto de vista de su organización política de pueden distinguir varias etapas en la historia antigua de Egipto:

Imperio Persa

El origen del imperio persa se encuentra en los pueblos pastores de origen indoeuropeo (medos y persas) que se asentaron en la meseta del Irán hacia el año 1.500 a.C. Organizados como tribus, eran dirigidos por las familias más poderosas (nobleza). Una de estas familias, la de los Aqueménidas fue la creadora el imperio. Un miembro de esta familia, Ciro el grande (550-530 a.C.), unificó a los persas, sometió a los medos, tomó Babilonia y extendió el territorio hasta Asia Menor, después de anexionarse las colonias griegas de esta zona. Su hijo Cambises (530- 521 a.C.) conquistó Egipto. El gran organizador del imperio fue Darío I (521-486 a.C.), que conquistó los territorios hasta el río Indo por el Este, y de Tracia y Macedonia (Grecia) por el Oeste. El rey mandaba en el ejército, era juez supremo y gobernaba en todo el territorio, que estaba dividido en satrapías (gran provincia administrada por un sátrapa), que representaba al rey. Sin embargo, el monarca los tenía controlados mediante un jefe militar y un secretario real, que a su vez eran controlados por inspectores reales. Para mantener esta organización se construyeron, con impuestos, una importante red de calzadas y caminos. La decadencia del imperio persa empezó a mediados del siglo V a.C. por el enfrentamiento con los griegos en las guerras médicas (del nombre que recibían los persas, que habían conquistado el pueblo de los medos), y desapareció en el siglo IV a.C. bajo el dominio de Alejandro Magno.

Fenicios

En la franja mediterránea que en la actualidad se denomina como Oriente Medio, se asentaron dos pueblos que tuvieron gran importancia en el primer milenio antes de Cristo: los fenicios y los hebreos. La civilización fenicia se desarrolló en las regiones costeras del actual Líbano. Hacia el año 1000 a.C. se organizaron políticamente en ciudades estado, entre las que destacaron por su mayor desarrollo las de Arados, Berytos, Biblos, Tiro y Sidón. En la costa del Mediterráneo, Tiro fue una importante ciudad comercial fenicia, luego conquistada por los romanos. Dedicados al comercio marítimo, gracias a nuevos sistemas de navegación inventados por ellos, como la nave trirreme, fundaron factorías (colonias comerciales) a lo largo del Mediterráneo como: Palermo en Sicilia, Cartago, en el Norte de África y llegaron hasta Gadir en el Atlántico que sirvieron de intermediarias entre los productos de oriente y occidente. Aportaron a nuestra la cultura un alfabeto de 22 signos del que derivaron los caracteres griegos.

Hebreos

La historia de los hebreos narrada en la Biblia los describe como un pueblo originario del sur de Mesopotamia, organizado en tribus dirigidas por un patriarca, el primero de ellos fue Abraham. Seminómadas, durante un tiempo estuvieron asentados en Egipto, desde donde salieron, dirigidos por Moisés, para asentarse en Palestina. En esta tierra, a las orillas del río Jordán, establecieron Israel, gobernándose por una autoridad única, los jueces. Más tarde adoptaron la monarquía, época que constituye el momento de mayor esplendor del pueblo hebreo. El rey David conquistó Jerusalén (siglo IX a.C.) y su hijo Salomón se encargó de instaurar una estructura política centralizada. A la muerte de este rey Israel se dividió en dos reinos, al Norte, Israel, con capital en Samaria, reino que perduró hasta el 721 a.C. en que fueron conquistados por el imperio asirio. Al Sur el reino de Judá que sobrevivió hasta ser anexionado por Nabucodonosor de Babilonia en el 287 a.C., quien destruyó el templo de Jerusalén y desterró al pueblo judío. La principal aportación cultural de este pueblo a la historia es el monoteísmo, la creencia en un solo dios, Yhavé, creador y regidor del mundo, base de otras religiones como el cristianismo y el Islam.

Grecia: Civilización Minoica

El inicio de la civilización en el continente europeo nos conduce al Mediterráneo oriental, en concreto, al mundo minoico que tuvo su germen en Creta, a principios del II milenio a.C., para ampliar después su radio de influencia a algunas islas del Egeo hasta aproximadamente 1450 a.C. Su decadencia fue aprovechada por los micénicos, quienes pasaron a ejercer un papel hegemónico en la zona.

Creta y el mundo Micénico

Una de las primeras civilizaciones que ocuparon parte del territorio griego durante el segundo milenio a.C. fue la civilización micénica, con el establecimiento de los aqueos, en el extremo noreste de la península del Peloponeso. Su ciudad más importante fue Micenas. La civilización micénica fue aplastada al producirse las invasiones de los dorios, que hacia el siglo XIII a. C. comenzaron a emigrar desde el Norte de la Península Balcánica hacia el Sur, y sería uno de los pueblos que configurarían la Grecia antigua. Los dorios eran más fuertes porque poseían armas de hierro, pero su dominio representó un retroceso de algunos de los logros micénicos (el comercio, la arquitectura) y se volvió a una economía agrícola y pastoril. De los siglos XI al IX a. C. poco se conoce de la historia de Grecia. Los avances culturales que pudieron producirse serían el resultado de sus contactos con los pueblos del cercano Oriente.

Periodo arcaico

A partir del siglo VIII a.C. comienza un renacimiento de Grecia. El siglo VIII se denominó etapa homérica, pues fue cuando Homero escribió la Iliada, obra que cuenta la guerra de Troya. Durante este periodo comenzó la organización de las ciudades o polis, es decir, no se formó un gran reino de Grecia, sino pequeños poderes en los distintos valles, resultado de la limitación producida por la geografía montañosa. La polis era un territorio independiente, calificada como ciudad-estado, aunque no lo era propiamente. Una polis estaba integrada por una extensión de tierra más o menos grande dedicada a la agricultura, en ella solía existir al menos una ciudad desde la que se organizaba el gobierno. Cada una de las polis se organizó de manera distinta. Algunas pasaron por etapas definidas por formas políticas distintas: monarquía, oligarquía, tiranía, democracia. Atenas fue una de las polis que pasó por todas esas formas políticas, siendo Esparta la más poderosa por su supremacía militar. Antes de la democracia, el tirano Dracón (siglo VII a.C.) introdujo dos cosas importantes: redacción de un código legal basado en las leyes recogidas oralmente, y creación de tribunales de justicia, antes impartida por las familias. La firmeza de sus decisiones quedó reflejada en el adjetivo “draconiano”, sinónimo de “una ley excesivamente severa”. También en este siglo los griegos comenzaron la colonización de otras tierras del Mediterráneo e inventaron la moneda.

Periodo clásico

Una serie de circunstancias favorecieron el apogeo de la ciudad de Atenas. En concreto su papel victorioso en las Guerras Médicas. Razones económicas y de dominio del Este del Mediterráneo condujeron a un enfrentamiento de los griegos con el imperio persa, asentado en Asia Menor. El comercio que las polis griegas tenían con sus colonias del Este del Mediterráneo y del Mar Negro era entorpecido por los persas, quienes además habían conquistado algunas de las colonias griegas en la costa de Asia Menor. Estos enfrentamientos dieron lugar a las Guerras Médicas (los persas tenían como antecesores a los Medos) en la primera mitad del siglo V. Se enfrentaban las ciudades griegas con el imperio persa, y para ello tuvieron que unirse en una liga, pues de manera individual cada una de las polis nunca hubiera tenido fuerza para vencer a un imperio como el de los persas. En la primera guerra médica se produjo la batalla de Marathon, en la que un ejército ateniense de 30.000 hombres derrotó a los persas. La segunda guerra médica terminó con el poderío persa, y el resultado de esas guerras no fue solamente el hundimiento de Persia sino el surgimiento de Atenas como potencia, al eliminar el predominio militar de Esparta. A partir de entonces Atenas fue una potencia militar, económica y política a la cabeza de la Liga de Delos, una alianza de 200 ciudades unidas contra los persas en un pacto militar y económico, siendo la Asamblea de Atenas la que tomaba las decisiones en nombre de los aliados en la Liga. Otras ciudades se opusieron al dominio ateniense, provocaron enfrentamientos que debilitaron su poder: las guerras del Peloponeso arruinaron finalmente a Atenas.

Periodo helenístico

El último capítulo de la historia de la Grecia antigua tiene como protagonista principal a Alejandro Magno (356-323 a.C.). Hijo del rey Filipo de Macedonia, que había conseguido conquistar las ciudades griegas y crear un reino en la primera mitad del siglo IV, Alejandro fue más lejos que su padre, pues fue el creador de un gran imperio que se extendió desde Grecia, a Egipto, Asia Menor y llegó hasta el río Indo. Su biografía muestra a un hombre extraordinario, no solo por su poder y valor militar sino por su cultura y educación, al recibir el beneficio de tener un tutor tan extraordinario como Aristóteles.

Imperio Romano:
Los Orígenes de Roma

Una pequeña aldea, Roma, fue el comienzo del camino que se bifurcó en muchas direcciones y que pasó por distintas formas de gobierno, monarquía, república e imperio. Consiguió no solo crear un sistema de leyes e instituciones, sino que se consolidó como uno de los mayores poderes del Mediterráneo, tras vencer en importantes campañas militares. Llegó a dominar todas las orillas del Mediterráneo al que llamaban Mare Nostrum, Nuestro Mar, porque era, sin duda, este mar el centro del Imperio Romano. Roma fundó un imperio que duró varios siglos hasta su desintegración tras la invasión de los pueblos germanos. Tras perder el poder político, Roma no perdió importancia porque retuvo otro poder esencial, el poder espiritual, en la medida en que el Papa tiene su residencia en esa ciudad. El cristianismo, que surgió en los primeros tiempos del imperio romano tuvo, pues, importantes repercusiones desde su nacimiento. Aunque la gran deuda de Europa con Roma es su existencia política, los romanos dejaron una huella cultural importantísima, que se manifiesta en muy diversos campos: lengua, urbanismo y arte.

Inicios: La Monarquía

La primera forma de gobierno de Roma fue la monarquía, y la leyenda considera a Rómulo, uno de los gemelos fundadores, como primer rey, pero no es seguro que fuera así. Lo realmente seguro es que Roma tuvo siete reyes en el periodo que va desde el 753 a.C., año de su fundación, al 509 a.C. año del comienzo de la república. El dominio de Roma por el pueblo de los etruscos hacia el siglo VI a.C. significó que la ciudad fue creciendo y mejorando con nuevas construcciones y obras públicas típicas de las ciudades romanas: casas, puentes, acueductos, templos, etc.

La República

El último de los reyes de Roma, Tarquino el soberbio, de origen etrusco, provocó el descontento de los latinos ante sus abusos de poder, condujo a su destitución en el año 509 a.C y a la expulsión de los etruscos. Los latinos recuperaron el poder y cambiaron la forma de gobierno. En vez de una persona con poder dictatorial, introdujeron un nuevo sistema llamado República. La palabra república viene del latín res publica que significa cosa pública; los romanos pensaban que los asuntos del país pertenecían a todo el pueblo, aunque no a todo el pueblo se le permitía participar, solamente a los patricios.

El Imperio

La república romana fue evolucionando a lo largo de los casi cinco siglos de su existencia (del 509 a.C. al 27 a.C.). En el siglo I a.C. algunas de las crisis de la sociedad empujaron al Senado y a los magistrados a entregar el poder a algunos jefes militares que actuaban como dictadores. El más famoso fue Julio César, nombrado dictador perpetuo. El poder tan grande que ejercía llevó a temer a algunos que las bases políticas de la república estaban a punto de desaparecer, pues parecía claramente que Julio Cesar quería instaurar de nuevo la monarquía. Por ello organizaron un complot para matarle, y le asesinaron en el año 44 a. C. Julio César desapareció, pero su idea de que un hombre asumiera los máximos poderes se mantuvo. Así unos años más tarde, en el 27 a.C. Octavio fue nombrado Augusto por el Senado. Augusto quiere decir elegido por los dioses. Octavio Augusto inició un nuevo sistema de gobierno, el imperio. La palabra imperio viene del latín imperium que significa poder, y designaba los poderes político, jurídico, militar y religioso que reunía desde ese momento el emperador romano. Con el nuevo sistema político se desarrolló una nueva organización política y administrativa.

La Música y la Gran Civilización

El proceso mental necesario para pasar de la reproducción mimética a la creación consciente y sistemática en la música, se desarrolla definitivamente cuando en Asia surge la Gran Civilización, a partir del cuarto milenio a.C. La civilización, y con ella la ciencia, fundó la teoría y la práctica musical sobre los números y las razones, análisis y síntesis para ayudar al ordenamiento sistemático de la melodía y el ritmo, a la construcción y afinación de los instrumentos, a la definición de consonancia y disonancia; y a la invención de los primeros intentos de escritura musical. La música fue llamada a formar parte de las artes liberales, mucho antes que los estudiosos alejandrinos la incluyeran en el cuadrivium (cuatro vías) junto a la aritmética, la geometría y la astronomía en el siglo III a.C.; el trivium (tres vías) estaba integrado por la gramática, retórica y dialéctica. La organización de la sociedad en la civilización madura propició la evolución del género musical: con la división del trabajo, y por lo tanto de las clases y las castas, una actividad pasaba de padre a hijo. Por lo que artesanos, campesinos y trabajadores conservaron lo que más tarde fue llamado canto popular, herencia del pasado asociada a la tradición. La clase superior, al contrario, que pagaba por sus diversiones musicales, favorecieron la formación de una clase de cantantes de profesión bien adiestrados e intérpretes capaces de dar diversión y sobresalir, ansiosos de superar a sus competidores. Aún más importante fue la posición de los músicos vinculados a los templos donde se encontraban en contacto con sacerdotes conocedores de matemáticas, astronomía y filosofía, que les ayudaron a dar a la música la base de una teoría del sonido.

Música y Sistema: La Temperación en la Antigüedad

Un sistema es la organización específica de los intervalos musicales, en secuencias de sonidos que dan origen a las escalas o modos musicales que han sido características de diversas culturas, y que son la base para el desarrollo melódico particular de muchas de ellas a lo largo de la historia. Esta sistematización de los sonidos tiene estrecha vinculación con otro concepto: el temperamento, que se refiere a la creación de diversos mecanismos que han surgido a lo largo de la historia para generar esta organización sonora, y que establece una manera estandarizada para establecer la ubicación exacta de las notas en el espectro sonoro, dando origen así las escalas musicales y construyendo modelos para la afinación de los instrumentos. El desarrollo de la música europea y mediterránea tiene estrecha vinculación con la evolución de la música desde el antiguo Egipto y Babilonia, pasando posteriormente a la cultura judeocristiana y la grecorromana, evolución que nos conduce finalmente a la temperación moderna. En cada época se han utilizado diferentes temperamentos en función de las necesidades musicales del momento. En la Antigüedad encontramos diferentes afinaciones de la octava. Sólo la afinación pitagórica pasará a la Edad Media a través de Boecio.

El Temperamento Armónico

Resulta indudable que la música china, la egipcia, babilónica -o la griega- parecen tener unos "parámetros" muy similares para hallar sus temperamentos. Incluso en algunos casos, unas dataciones en la aparición de las escalas musicales que se acercan mucho en fechas.

El Sistema Lü en China

Legendariamente, y según la tradición china, la música comenzó en el siglo XVII a.C., desde que el emperador Huang Di (1695-1597 a.C.), envió al sabio Ling Lung al Oeste, con el fin de crear la flauta de bambú que imitara el canto de las aves. Ling Lung estableció un sistema de 12 tonos mediante las notas obtenidas al cortar 12 tubos de bambú, cerrados en un extremo, en tramos graduados. Cuando se sopla a través de sus extremos abiertos, produjeron el12 lü, o tonos fundamentales de la octava, llamado Sistema Lü (lü en chino es ley). Es posible suponer, sin embargo, que las notas musicales no fueron inventadas a partir de esta historia, sino que llegaron hasta la civilización china importadas desde lo que fue para aquellos Occidente (Asur, Babilonia o zonas en contacto con Egipto), es decir, desde Mesopotamia en el siglo XVI a.C., debido a que el número de tonos "creado" por Ling Lung fue el mismo que las culturas cercanas al Mediterráneo usaron: doce. 12 era la cifra sagrada babilónica, tanto que aquella civilización contaba en sistema duodecimal (por docenas) y todo lo medía en relación a lo sexagesimal o al doce. Pero a su vez los pueblos semitas y de origen mesopotámico, tenían unas semanas de siete días y dividían el 12 astralmente en dos ciclos (uno de 7 y otro de 5). En Egipto y en Babilonia ya en el II milenio a.C. existía el sistema de 12 notas. Es posible que la mencionada escala de Ling Lung quizás llegó hasta este país en instrumentos llevados allí por mercaderes venidos desde Asiria o de zonas con gran influencia egipcia (Asia Menor o Arabia).

Sistema Pitagórico

Pitágoras (ca. 569 a.C. – ca. 475 a.C.), se trata del sistema de afinación más utilizado durante la edad Medio, y por tanto, primer sistema de afinación documentado. A través del monocordio, deduce la razón matemática de los intervalos: al dividir una cuerda por la mitad encuentra que el sonido resultante es una octava, y al dividirlo en 3 partes iguales y haciendo vibrar dos de ellas se obtiene una quinta, siguiendo el comportamiento del fenómeno físico-armónico. El monocordio es un instrumento musical que tiene una cuerda tensada apoyada en dos puntos, con un puente móvil en el centro para alterar la longitud de la cuerda y producir unas alturas u otras. Así es como Pitágoras desarrolló el sistema y sentó las bases de la acústica musical moderna.

Período Musical

Música del Medio Oriente

La Música Hebrea

En la historia hebrea, debido a su particular continuidad histórica, se da el mejor cuadro de la evolución que caracteriza el campo de la música. La música hebrea es la mejor introducción al estilo vocal del antiguo Medio Oriente, porque, no obstante, las variaciones inevitables, se ha visto sin interrupción por cuatro milenios. La música hebrea antigua nunca fue escrita: las melodías eran transmitidas oralmente de generación en generación. Se ha encontrado una vía indirecta para conocer cómo era la música antigua de Israel: encontró los duplicados de muchas melodías gregorianas en remotas comunidades hebreas de Yemen, de Babilonia y de Persia, que fueron separadas de Palestina y del desarrollo de la música ritual hebrea que siguió a la destrucción del Primer Templo (587 a.C.) y del exilio babilónico. Por lo que estas melodías habían estado en uso en la “madrepatria” antes del 600 a.C. Somos menos afortunados para otras melodías. El pueblo judío se dispersó durante 25 siglos, separados en tres grupos: los orientales en el medio Oriente; los sefardíes en todo el Mediterráneo, y los askenazíes en el resto de Europa. Sus melodías son del todo diversas; ni siquiera las partes más esenciales del rito musical concuerdan (como sucede en las dos versiones ambrosiana y gregoriana de la música eclesiástica católica). Pero el estilo fundamental es el mismo y por eso debe constituir una antigua herencia de los templos precedentes a la dispersión. La religión ha jugado el papel unificador del alma del judío. En la antigüedad jugó el papel de intermediario, su capacidad de absorción de los elementos culturales de los pueblos en cuyo contacto estuvo es evidente, pero fueron los judíos quienes se encargaron de sintetizar y transmitir hacia la posteridad el desarrollo evolutivo del proceso siempre cambiante de la creación musical. La religión judía es auditiva y no visual, la imagen y la representación divina no existen en el templo judío. Además, el antiguo mandamiento ordenaba abstenerse de crear imágenes representativas. Durante el período nómade, la música se desarrollaba procurando ahuyentar la monotonía del desierto, las marchas infatigables a las cuales debemos agregar la necesidad de un arte apropiado a la vida familiar y a la lucha contra los eventos de la naturaleza. El Libro de los Números enuncia estos procesos.
En el segundo milenio antes de Cristo, las tribus hebreas se abrieron paso hacia Palestina. Un período sedentario se inicia en la vida nacional, un nuevo contacto con la tierra y una relación directa con pueblos diferentes en el sentido racial y cultural. La entrada a Canaan aumentó el repertorio de canciones, ahora asociadas al canto, al trabajo y la vida campesina. Narraciones indican que el acompañamiento musical de la cosecha era realizado por los hebreos con frases melódicas de simples palabras repetidas ad infinitum. Desde la introducción de los hebreos en Palestina, éstos comienzan a usar instrumentos musicales similares a los de Egipto y Babilonia. En el período de la monarquía, o sea, el primer milenio antes de Cristo, la nación hebrea ocupa su lugar como pueblo establecido. En la corte, la música adquiere importancia, especialmente en el templo. David, que fue compositor, ejecutante y poeta que escribió los Salmos, al traer el Arca Sagrada a Jerusalén, lo hizo con cantos, danzas y sonar de trompetas (Libro de Samuel). Loa actos importantes del año religioso, el uso de trompetas y cantos líricos incidentalmente acompañados por instrumentos de cuerda, eran tradicionales. Los Salmos aparecen más tarde cultivados por el pueblo y pueden dividirse en grupos importantes: los de Oraciones, los de Peticiones, los de Acción de Gracias; junto a éstos, habría que agregar los Salmos procesionales. Dentro del ritual se establecían dos coros, uno de ellos colocado fuera del templo respondía a las preguntas del segundo, colocado en el interior del templo. La relación entre el templo y la música está esclarecida por los salmistas quienes declaran en las escrituras que, con un ruido alegre, pleno de oración y con instrumentos que lo acompañen, se transporta el hombre ante la presencia de Dios. La música en los tiempos bíblicos era acompañada por instrumentos (Libro de los Reyes y Crónicas). Sobre los instrumentos mismos, ningún ejemplar o reproducción ha llegado hasta nosotros, tampoco existen los de la época prehelenística. Sólo a través de la Biblia o el estudio comparado de las culturas de otros pueblos pueden darnos luces al respecto.Existían tres tipos de instrumentos: de cuerdas, de viento y de percusión. Entre los instrumentos de cuerda, el kinnor, que era una lira, y el nebhel, que probablemente era un arpa de diez cuerdas, son los que se destacan. Sobre los instrumentos de viento, el hazoreaj, que consistía en una trompeta de metal; el jalil, una especie de oboe doble, que no debe confundirse con el instrumento que actualmente recibe el mismo nombre, el ugab, que era aparentemente una flauta vertical, y el shofar, único instrumento del culto usado hasta hoy día por los judíos en su festividad más sagrada, son los más importantes. Sobre los instrumentos de percusión se nombra continuamente al tof, que es una especie de pandereta, el zelzelín o meziltayim, que eran címbalos, y finalmente el menaanim, que era una especie de sistro.
La destrucción del templo y la caída del Estado judío en el siglo VI a.C., rompe la vida cultural del pueblo judío. El exilio a Mesopotamia significó la destrucción de la nación en su aspecto político y económico. Los judíos conducidos a Babilonia se sentaron a oriIIas de los ríos y lloraron recordando a Sión. En el siglo IV a.C., siglo de restauración, según las crónicas, la música acrecentó su importancia en el templo. La música instrumental y vocal era ahora ejecutada por familias de músicos profesionales (descendientes de la tribu de Leví, a quienes David había comisionado para realizar esta labor). Los instrumentos acrecentaron su número y acompañaron las canciones, originando una primitiva orquesta. El desarrollo del rito, con la participación directa de la música, es relatado exhaustivamente en las Escrituras. Estudios de la Mishná y del Talmud explican que la reconstrucción del segundo templo fomentó el desarrollo de una renovación lírica y musical y el establecimiento de músicos profesionales. El auge literario durante este período se evidencia a través de esa maravilla que es la colección de poesía secular llamada "El Cantar de los Cantares", compilación de la lírica amorosa del siglo III a.C. Durante el período griego, después de la conquista de Alejandro, nuevas influencias se hacen sentir en Palestina. Los judíos se familiarizan con la música griega y con su instrumental, sin embargo, este contacto no se profundiza. Decretos oficiales obligan a los judíos a incorporar elementos musicales griegos, pero ellos se resisten tenazmente. Esta resistencia se hizo aún más intensa después de la destrucción del segundo templo, cuando toda música instrumental, aun la religiosa, fue prohibida como símbolo de duelo nacional. Para la historia posterior de la música judía, ninguna institución fue de mayor importancia que la sinagoga. Tanto en Palestina como en la Diáspora, durante el primer siglo de la era cristiana, los elementos básicos del servicio musical correspondientes al confesional Shemá y otras oraciones, fueron fijados invariablemente. En el período del post exilio, los Salmos cantados llegaron a formar parte de la expresión natural del pueblo devoto, cuya institución era la sinagoga. Precisar en qué punto y en qué forma la música penetró en el ceremonial de la sinagoga es incierto. El individualismo religioso (cabe aclarar que para la religión mosaica no existe intermediario entre Dios y el hombre) la sinagoga es su expresión y ella contribuyó al desarrollo musical. El núcleo central de los servicios sinagogales se manifestaba a través de ciertos cantos que eran elevados en forma responsorial, cuyo nombre es hallel. Este tipo de canto caracteriza el servicio de las comunidades judías hasta hoy día. La música de la sinagoga primitiva fue vocal. La música instrumental desaparece durante la conquista griega; junto al duelo por la destrucción del segundo templo, su desaparición obedece a la lucha ideológica contra el paganismo exótico de los opresores y para mantener latente en el espíritu del pueblo el símbolo de pérdida de la unidad nacional y política, reemplazándola por la unidad de la fe y de la cultura propias. Aunque similares, la antigua sinagoga y la naciente iglesia, dentro del proceso evolutivo fueron separándose en los siglos II y III de la era cristiana. En la sinagoga, los himnos sólo se adoptan en el siglo VI. Con respecto a la Salmodia, la diferenciación se fue produciendo en forma paulatina, pero identificándose en su raíz. Mientras entre los judíos el cantor pasa a ser el único funcionario musical hasta los siglos VI y VII, en la iglesia cristiana va desarrollándose el canto coral nacido de la vida monástica. Sin embargo, puede afirmarse que buena parte de la tradición musical heredada de la sinagoga, producto de siglos de evolución, se perpetuó y conserva en manos de la nueva religión cristiana que nace en el seno del misticismo judío. La estrecha relación entre la Salmodia oriental judía, la gregoriana, la armenia y la siria parece surgir no de la época del templo, sino que de la primitiva sinagoga. La música judía tradicional es monódica. El unísono melódico y el ocasional adorno instrumental dan origen a una heterofonía incipiente. Sus melodías están basadas en modos (escalas propias de cada cultura). Estos son motivos que se repiten y que, asociados con otros, cristalizan en el curso del tiempo en un sistema modal propio. Asociados a la liturgia, los modos judíos tienen hoy una función hermenéutica en oraciones-tipo y con características especiales. La música modal hebrea no es otra cosa que la manifestación de una doctrina ético-musical que es característica, también, a diversos pueblos antiguos. Estos modos no tienen, estrictamente, las características de escalas como los que fueron estructurados por los teóricos medievales cristianos. Son más bien particulares modelos de motivos melódicos.

Egipto

Así como Israel, Egipto conoció una importante provisión de instrumentos y música extranjera. Cuando en el siglo XVIII a.C. habían subyugado al suroeste de Asia, la música egipcia sufrió un cambio decisivo. Casi todos los viejos instrumentos musicales fueron dejados aparte. Pero quedó el arpa que se volvió más grande y con más cuerdas, mientras se introdujeron muchos tipos nuevos. Los fuertes oboes sustituyeron a las tenues flautas; liras, laúdes y crepitantes tambores que fueron importados de Asia. Algo resulta evidente en la región de Oriente. Los egipcios asimilaron influencias de la gente de Mesopotamia y Siria; los hebreos de los fenicios; los griegos de Creta, de Asia Menor y también de los fenicios; el arpa, la lira, el doble oboe, un tambor extendido sobre un telar para la percusión a mano, sonaron tanto en Egipto, en Palestina, en Fenicia, Siria, Babilonia, Asia Menor, Grecia e Italia. Los egipcios llamaron a las liras y tambores con los nombres semitas y al arpa con el término correspondiente a la palabra sumeria que indicaba el arco. Los griegos dieron el mismo nombre sumerio al laúd de cuello largo y adoptaron un vocablo fenicio para indicar el arpa; atribuyeron nombres lidios, frigios y fenicios a varios tipos de instrumentos; pero no ha habido un solo término griego para estos instrumentos, los cuales su origen se ha atribuido repetidamente a Creta y Asia.
Esta relación cosmopolita todavía se limita al Mediterráneo oriental, a Arabia, Mesopotamia e Irán. En tres o cuatro mil años de historia antigua estos países constituyeron musicalmente una provincia en los cuales los prolongados contactos habían creado una mutua comprensión que consentía los cambios musicales. Cuando la Edad Antigua llegó a su fin, la extensa área unida bajo el imperio del Islam continuó formando una provincia bien definida. Ni siquiera la pérdida de Grecia provocó un cambio real en sus fronteras, porque los mahometanos crearon su música sobre fundamentos de la teoría griega. Los coptos, cristianos indígenas de Egipto, han mantenido los tratados étnicos de los antiguos egipcios pre-islámicos y usan todavía su lengua para fines eclesiásticos; todas las conquistas de los griegos, romanos, árabes y turcos han dejado casi intacta su civilización. En vista de tal perseverancia, se piensa que la música egipcia tardía pueda ser en cierta medida mantenida en los cantos de la iglesia copta. Las melodías son claramente heptatónicas y casi siempre silábicas con ligaduras y notas ornamentales relativamente raras.

Etiopía

La música etíope eclesiástica deberá ser igualmente puesta en consideración. Los abisinios se jactan de una descendencia hebrea, creen que su primer emperador era hijo del rey Salomón y la reina de Saba y pretenden que su iglesia ha conservado la melodía del Templo Salomónico. La historia por su parte establece que el primer obispo de Etiopía fue un fenicio, o bien de una nación vecina de Palestina, mientras los monjes sirios llegaron a aquellas tierras como misioneros alrededor del 500 d.C. La polifonía representa otro aspecto fascinante que representa Etiopía: tanto más fascinante en cuanto a que su vida musical resulta incontaminada desde la antigüedad. En muchas ceremonias religiosas, antes que termine un grupo su parte, otro grupo comienza; ambos crean una expresión musical muy armoniosa en una especie de complicado contrapunto.

Asia Oriental

La música china se puede remontar hasta la dinastía Shang, entre los siglos XIV y XII a.C. La música japonesa iniciaría solamente en el siglo V de nuestra era con la adopción de la música de la corte de Corea. En el siglo VI, los japoneses al convertirse al budismo se familiarizaron con la música ceremonial china, siempre a través de la mediación de Corea, mientras un siglo más tarde se vio influenciado directamente. China también transmitió a Japón las danzas ceremoniales de la India que adquirió el carácter japonés en el solemne y colorido Bugaku. Una fuerte corriente de origen manchuria puso fin en el siglo VIII a la influencia extranjera en la música clásica del Japón. La música antigua del extremo oriente que conocemos representa solamente una pequeña parte de la que se puede decir en realidad que fuese ejecutada en los primeros tiempos. La posición en la que nos encontramos es similar a aquella de los musicólogos que se ocupan del medievo. Como estas vienen arrastradas de obras escritas exclusivamente de monjes para monjes sobre música monacal, sin la mínima atención a la música profana, ésta ha quedado simplemente ignorada.

China

Para los chinos la música es innata en el corazón del hombre, cualquier movimiento del alma se expresa en sonidos, como por la otra parte, cada sonido impresiona al alma humana. De la misma forma Confucio, paradigma de la espiritualidad nacional, fue profundamente impresionado por ciertos himnos antiguos y fue un devoto de la música tradicional. El mágico poder de la música de dominar las leyes de la naturaleza es exaltado en las leyendas de todos los países. El mito chino es más profundo: no es el sonido quien tiene tal poder, es el corazón quién obra el milagro, la gran inspiración que halla en la música voz y forma. Por cuanto concierne a China antigua, parece que la emoción deriva mucho más de sonidos individuales que de pasajes melódicos. La plancha de piedra de Confucio contenía una sola nota; la “pulsación sentida con el corazón” debe haber avivado la vibración de la profundidad del alma con la casi inasible combinación de un sonido resonante y atenuado. El rigor de la ley fue impuesto a la música china más que en ninguna otra cultura, ya que en ella radica la Gran Unidad, la idea universal que integra tiempo, espacio, energía y sonido. El mundo incorpora la eternidad del tiempo en su ciclo inalterable de estaciones, de meses, de horas; la eternidad del espacio, este y oeste, norte y sur. Combina en conjunto toda la sustancia, madera y metal, piel y piedra; y contiene un poder, evidente en el viento y en el trueno, en el fuego y en el agua. El mundo es sonido comprendido en dos modos, como altura sonora y como timbre.

Armonía de las Esferas

El aspecto cosmológico de los conceptos musicales no es una característica solo de China. Se hallan correspondencias similares en India, en los países islámicos, en Grecia antigua y hasta en el Medievo cristiano. Las estaciones, los meses, los días, las horas, los planetas, las partes del cuerpo humano, los humores, las enfermedades, los elementos y hasta la visión del mismo cosmos repetida en una eterna Armonía de las Esferas. Es probable que la armonía de las esferas desarrollada de más antiguas coordinaciones cosmológicas, hallara su forma final en Babilonia, y de ahí se difundiera entre los hebreos, entre los griegos, e incluso entre los egipcios. Los más antiguos testimonios de la coordinación cosmológica son chinas y griegas, y por cuanto concierne a Grecia, la idea indudablemente proviene de la importación de Oriente. La exactitud de la música no era interés principal del campo musical, pero si investía en modo esencial la realidad del cosmos. Tiempo y espacio, sustancia y fuerza estaban fuera del control del hombre, pero la música era creación suya. El bienestar del imperio se basaba en la exactitud de las alturas y de las escalas. En consecuencia, la reorganización de la música representaba uno de los primeros actos de cada nuevo emperador. Esta idea, bajo el emperador Wou (141-87 a.C.), desembocó en la fundación del Yüe fu, la Oficina Imperial de la Música, con secciones especiales para la supervisión de la música ceremonial, extranjera, aristócrata y popular, y un completo archivo de las melodías nacionales. La tradición musical china se remonta al 3.000 a.C., su origen es religioso, y está ligada a las ceremonias de la corte y al teatro ritual. Cuenta la leyenda que un emperador en el año 2697 a. c., mandó a uno de sus súbditos a las montañas a que cortara cañas de bambú (lü), con las que establecer las notas básicas de la música. Los doce lü se utilizaron como base para el sistema musical chino. De los doce sonidos, sólo cinco se consideran fundamentales y constituyen las notas de la escala básica de la música china, la escala pentatónica.
El origen de los instrumentos en aquella civilización puede documentarse en unos 7.000 años de antigüedad. Lo que hace pensar que esta leyenda sobre la creación de la música, datada unos 3.700 años atrás, se refiera solo a la historia de la escala de doce notas. Es decir, que antes de Ling Lung ya hubo un sistema de cinco sonidos muy característico de China, mientras que el sabio habría traído del Oeste una con siete tonos más. Por su parte y curiosamente, entra en la escena musical china a fines del siglo XVII a.C., un nuevo instrumento típicamente egipcio, anatolio y babilonio, como lo es la cítara (allí con cuerdas de seda). Liras, formix o arpas que a nuestro parecer pudieron llevar hasta allí esta nueva temperación de doce notas, sustituyendo a la música pentatónica. Esta aparición de la cítara en China, justo en el momento que allí da comienzo de una escala nueva con doce notas, puede deducirse que aquel instrumento llevó el nuevo temperamento a Asia hacia el 1600 a.C. De lo que se puede suponer que el dodecafonismo (cromatismo) llegaría a China desde Asia Menor o de Anatolia y con estas liras, tan típicamente mediterráneas. La cítara fue el instrumento más usado por los anatolios y el preferido de los hititas (quienes durante la época que hablamos eran los "dueños" de la actual Turquía). Civilización de Hattusa que extendió sus dominios hasta las proximidades del Nilo y de Babilonia -antes del descubrimiento del nuevo metal con el que cambiaron la historia del mundo sobre el siglo XIV a. C.-. Realizando incursiones los hititas hacia el Sur y el Este, invadiendo reinos como el faraónico; hasta el punto de algunos historiadores afirman que crearon su propio Imperio del Nilo con capital en Avaris sobre el siglo XVIII. El imperio de Hatti -como llamaban los egipcios a los hititas- fue tan fuerte, que a través del mundo Escita envió sus influencias hasta China; y de la misma forma que introdujeron el hierro en el corazón de Asia (desde Anatolia), pudieron importar las cítaras y con ellas, la temperación babilónica u egipcia de doce notas.

Japón

Las diversas influencias que intervinieron en la música japonesa hasta el 800 a.C. –la manchuria, la coreana, la china y la india- naturalmente no pudieron fundirse en un solo estilo orgánico. Por lo tanto, los japoneses las dividieron en el siglo IX a.C. en dos estilos separados. La influencia manchuria y la coreana se unieron en la llamada música de derecha, que tenía como instrumentos distintivos a la flauta transversal koma fuye y el gran tambor de clepsidra san no tsuzumi. La influencia india y la china formaron a su vez la música de izquierda; sus instrumentos característicos fueron la flauta transversa ô teki, el órgano de boca shô y el pequeño tambor cilíndrico kakko. Al lado de estos instrumentos, los dos estilos tenían el oboe hichiriki¸ el laúd biwa, la cítara sôno koto, así como el tambor más grande taiko y el pequeño gong shôko. La distinción principal se refiere a la relación de los dos instrumentos conductores, la flauta y el oboe: mientras en la música china de izquierda estos sonaban al unísono con los acordes del órgano de boca; en la de derecha, en la música manchuria, sonaban en contrapunto.

La Orquesta

La orquesta representaba puentes sonoros establecidos entre el macrocosmos y el microcosmos, entre el mundo de los dioses y las aves y aquel de los seres vivientes. De hecho comprendía toda las clases de instrumentos; y cada uno de éstos expresaba un elemento, un punto cardinal, una estación, un planeta, una sustancia: la piedra sonora, el nor-oeste y la piedra; la campana, el occidente, el otoño y el metal; la cítara larga, el sur, el estío y la seda; la flauta, el oriente, la primavera y el bambú; otros el sureste y la madera; el tambor, el norte, el invierno y la piel; el órgano de boca, el nor- este, la calabaza; la flauta globular de arcilla, el sur-este y la tierra. El tamaño de la orquesta reflejaba el rango y el poder de su poseedor. El tamaño de la orquesta reflejaba el rango y el poder de su poseedor. A la sombra de las gigantescas orquestas imperiales, la dinastía Chou en China (1122-255 a.C.) permitía a los altos dignatarios solo 27 elementos (en gran parte ciegos), dispuestos en tres lados de un cuadrado, mientras los nobles ordinarios no tenían más de quince músicos dispuestos en línea recta. La dinastía Han, del 50 al 75 d.C. tenía tres orquestas; una para las ceremonias religiosas, una para la arquería del palacio, y una tercera para los banquetes y el harem. El número en conjunto era de 829 miembros. Las orquestas comprendían cantantes y bailarines. La corte coreana, en el tiempo del rey Setjo (1457-68), tenía 572 músicos y cantantes del coro y 195 aprendices; en el 1897 el emperador aún tenía 772 músicos. La corte china, así como del tamaño, se complacía de la diversidad de la orquesta. La aristocracia, como todos los grupos sociales de civilizaciones más desarrolladas, tenía gran predilección por los timbres exóticos, probando los inconfundibles estímulos que la imaginación recibe de la música extranjera.
El gusto por la música extranjera, en los periodos de expansión, se adaptaba al orgullo imperial. Cada vez que un país era conquistado, los músicos locales eran invitados a la corte china para constituir una orquesta nacional, la cual no nacía ocasionalmente, sino que se convirtía en una institución permanente al lado de la ya existente, casi como un emblema que entraba a formar parte del blasón del vencedor. El Japón no era menos receptivo que China. En el año 809, La Academia Imperial de Música comprendía 28 maestros de estilos extranjeros –Camboyanos, Chinos, Sillanos y otros. Las orquestas, ahora casi extintas en China, Corea y Japón, han continuado su existencia en el Asia sud-oriental, en particular en Java y en Bali, centros de la práctica musical. Llamados comúnmente en las islas de Malasia, con el nombre de gámelan, de gamel, “manejar”. Una gámelan es completamente diferente a una orquesta moderna. Las orquestas occidentales son cuerpos de músicos que tocan en casi todas las ocasiones, compran los instrumentos más modernos, los usan después para ciertos compromisos, y pueden llegar a cambiarlos en el curso de una ejecución. Las orquestas malayas son cuerpos de instrumentos, en gran parte transmitidos de tiempos remotos e impuestos a los músicos como a los compositores. Por lo que su composición estaba formada de la unidad inalterable con un carácter tan personal que se nombraban individualmente con el título de kiahi, señor. Muchas cortes poseían un buen número; el Sultán de Soesoehoenan tenía por lo menos 29 gámelan completas, cada una con una tarea especial. Las grandes gámelan comprendían metalófonos de tres tamaños con las placas acostadas sobre la caja sonora y metalófonos de tres tamaños con las láminas suspendidas; los distintos tamaños son afinados por separado en octavas; Camboya, Siam y Burma, los países indochinos entre el archipiélago y la China, completan la provincia de la música orquestal en el medio y en el vecino Oriente. Los Siameses acompañaban sus representaciones teatrales con orquestas compuestas generalmente por dos flautas, dos gongs, dos metalófonos, dos xilófonos, uno y tres grandes tambores.

India

Todas las variadas formas que India ha entregado a la humanidad: un idioma rico y filosófico como el sánscrito, una vasta poesía y literatura épica y lírica, su drama, arquitectura, escultura, danza y música son resultantes de la aspiración espiritual de volverse hacia lo Divino, fuerza básica de su cultura. Este espíritu filosófico-religioso es el que creó y saturó toda la actividad del pueblo hindú. A este vasto pensamiento no se le encerró en un credo de límites sectarios, no hubo dogmas infalibles, tampoco se señaló un camino estrecho o puerta de salvación, y ni siquiera se le asignó un nombre (el nombre Hinduismo, como sistema, es de tiempos recientes y le fue dado por extranjeros). La música en la India llegó a adquirir una forma artística creada para expresar, principalmente, un contenido místico. Emergió como fuente de auto expresión para fluir, eventualmente, hacia el océano de experiencias espirituales. El canto Védico Los Veda, conjunto de la sabiduría religiosa india pre-budista, constituyen un amplio corpus de poesía sánscrita, diálogos filosóficos, mitos y encantaciones rituales compuestas y desarrolladas por los arios hace más de 3.500 años. Considerados por los hindúes como la primera forma de conocimiento y como el fundamento sagrado de su religión, los Vedas encarnan una de las tradiciones culturales más antiguas del mundo aún en vida. El patrimonio védico abarca una multitud de escritos e interpretaciones repartidas en cuatro textos llamados Libros del Conocimiento, aunque hayan sido transmitidos oralmente. El Rig-Veda es una antología de textos sagrados; en el Sama-Veda figuran los arreglos musicales de los himnos del Rig-Veda y de otras fuentes; el Yajur-Veda está dedicado a las plegarias y fórmulas sacrificiales utilizadas por los sacerdotes; y el Atharna-Veda se consagra a las encantaciones y las fórmulas mágicas.

El Raga

Los Râgas están fundados sobre las teorías védicas, los cuatro textos más antiguos de la literatura india y base de la religión védica, con respeto al sonido y la música. El Râga, término sanscrito que significa atracción, color, tinta o pasión, es una composición de sonidos provista de movimiento melódico (Varna) que tiene el efecto de colorear y producir sensaciones agradables. El Râga se basa en un conjunto de Reglas Védicas sobre la manera de construir una melodía y especifica las reglas de los movimientos ascendentes y descendentes, la gama, las notas que se pueden utilizar libremente y las que tienen que utilizarse con parsimonia. Debe producir un estado anímico, una atmósfera, un ambiente espiritual determinado, y explorarlo al máximo, hasta agotar todas sus posibilidades. Expresar en forma clara, exhaustiva e intensa los diversos estados espirituales, a través de formas sonoras, es lo que dio por resultado la creación y sistematización de los diferentes Râgas. Aunque se conservan en torno a 132 Râgas, se utilizan con mayor frecuencia entre 50 y 60 de ellos. A diferencia de la música occidental que se basa en el cambio, que evoluciona y contrasta sus modos para construir una dirección emocional, la música India, siempre se centra en una particular emoción que ella cultiva, es decir, se caracteriza en la insistencia y permanencia en un estado hasta crear en el auditor una sugestión difícil de resistir. A través de las combinaciones de intervalos y movimientos melódicos particulares, el objetivo de cada Râga es invocar e inducir un tipo de sentimiento diferenciado que responda a ese estado mental. Son varios los elementos que se conjugan para dar estructura al Râga: una interválica precisa en relación con una nota fija, pedal base o tónica; una manera de ascender la escala y otra de descender; un cierto orden en que se toman las notas; la frecuencia con que deben aparecer, la permanencia de ciertas notas y la omisión de otras; ciertas secuencias establecidas y un tiempo de ejecución. Todos estos elementos deben relacionarse, depender unos de otros y equilibrarse en tal forma como para crear un pequeño universo, como si se tratara de un sistema planetario con leyes propias que no pueden ser alteradas.

La Teoría Musical India: el Tratado Natya Shastra

El tratado musical más antiguo que se conoce en la India es el Natya Shastra, atribuido a Bhárat, y se le ubica entre los siglos VI y II a.C. En él se realiza un estudio de los Râgas, la división de la octava y el estudio de microtonos. La teoría musical de la India considera, dentro de la octava, 12 tonos principales: siete notas shuddha o puras y cinco notas vikrit o alteradas. La escala shuddha es actualmente casi equivalente a nuestro modo Mayor y corresponde al modo Bilaval. Además de los 12 tonos, equivalentes a los tonos griegos, desde la antigüedad la teoría musical hindú estableció 22 intervalos pequeños menores que el semi-tono, dentro de la octava, llamados Shrutis. No corresponden exactamente a un cuarto de tono. Lo más apropiado sería llamarlos microtonos. Los shruti son utilizados en los Râgas para bajar o subir, de manera sutil, ciertos grados, según el carácter emocional o 'ethos' del Raga.

Período Musical

Grecia

Fue sólo hacia los finales del siglo VII a.C., cuando los filósofos griegos enfrentaron el fenómeno de la Música tratando de llegar, a través de la reflexión y el razonamiento, a su Esencia Íntima o Naturaleza Fundamental, trascendiendo así, las viejas y tradicionales explicaciones fabuladas y teosofistas acerca de su origen. El papel importante de la música en Grecia se hace patente, sobre todo cuando vemos que era frecuente llamar al ciudadano educado Músico (μουσικός) o sea, descendiente, protegido o privilegiado por las Musas. Aunque Grecia es geográficamente parte de Europa, su música era predominantemente asiática. Ellos debían a los egipcios, a los sirios, al Asia Menor y a Fenicia la invención de los instrumentos que usaban; dieron a dos de sus principales modos nombres derivados de países asiáticos, Frigia y Lidia; se referían a Egipto como la fuente de sus ideas músico-pedagógicas, y atribuían la creación de la música a Olimpo, el hijo de Marsias el Frigio.
La historia de la música debe mucho a los estudios teóricos griegos que transmitieron a la posteridad un cúmulo de conocimientos musicales, único por su gran abundancia. Estos estudios han mostrado una larga línea evolutiva que se ha prolongado por 1.500 años de civilización antigua. Gracias a ellos distinguimos un periodo primitivo en el que el canto de las tribus griegas se funde con la de los vecinos asiáticos, tracios y cretenses; un periodo clásico de música nacional griega inaugurado por Terpandro de Lesbos en el siglo VII a.C.; y un periodo post-clásico moderno que data alrededor del 450 a.C. El teórico romano Boecio (480 – 525 d.C.) clausuró la antigüedad con una teoría en cinco libros, De Musica, que durante un milenio fue considerada la Biblia de la música en Occidente. La mayor parte de estos tratados son tomados en consideración para la historia de la música.

Sistema Musical Griego

La Música Griega no estaba definida por una concepción Armónica Vertical de la música, por el contrario, correspondía a una visión melódica horizontal y comprendía Tres Géneros Fundamentales:

El Diatónico, formado de tonos y semitonos.
-El Cromático, que procede por semitonos.
-El Enarmónico, que entre los griegos procedía por cuartos de tono, es decir micro tonalidades.

Los griegos usaron las primeras letras del alfabeto (Notación Alfabética) para identificar y representar los Sonidos musicales (notas) y los agruparon en Tetracordios (grupos de cuatro sonidos sucesivos): Fa, Do, Sol, Re; representados por las cuatro cuerdas de la Lira, a la cual agregaron luego una quinta cuerda o sonido: La, formando un Pentacordio. Mediante la combinación de los Tetracordios en diferentes formas, a partir de cada nota (llamada grado), los griegos crearon grupos de sonidos o escalas para sus distintas composiciones, a cada una de las cuales llamaron Modo. Cada Modo es la organización que rige la relación de intervalos de las notas que lo componen, en una sucesión de tonos y semitonos. Los Siete Modos Griegos más usuales son: Dórico; Hipodórico o Eólico, Frigio, Hipofrigio o Jonio, Lidio, Hipolidio, Mixolidio o Hiperdorio.

El Carácter Moral o Ethos de la música

La Música debe tener un carácter o un sentimiento, “Eidos éthous e páthous”. El famoso termino Ethos, en la Grecia antigua, denota la potencia emocional de la Música asociada a sus Modos. Los griegos atendían a los efectos que podía producir en el individuo, la percepción del arte y de la música. Aristóteles en su Política, plantea los Objetivos de la Música (monsich), los cuales coinciden exactamente con los objetivos generales de la Educación:

Paideia o Educación en general y preparación moral en lo específico.
Katharsis o Purgación, término usado por Aristóteles en su Poética, suerte de purificación emocional y espiritual.
Diagoge o conocimiento intelectual.
Paidia y Anapausis o juego, esparcimiento, distracción o relajación.

El filósofo pitagórico Damón de Atenas (siglo IV a.C.), es uno de los primeros maestros de Sócrates que plantea una conexión específica entre la música y la formación del carácter del individuo. Platón (427-347 a.C.) creía que la Música podía implantar todas las virtudes: valor, moderación e incluso justicia, en el carácter humano. Para él la Música formaba el carácter, no sólo del individuo, sino también del Estado como totalidad. A cada modo griego se le asocia una emoción particular: el Dorio: viril y belicoso, el Hipolidio: majestuoso y firme; el Mixolidio: patética y lamentable; el Frigio: agitado; el Hipofrigio: activo; el Lidio: lúgubre; y el Eólico: libre y voluptuoso. ¿Qué atributo da a una escala su potencia emocional? ¿Porqué la particular organización de los intervalos en un Modo o Escala produce determinado efecto emocional? Esta ha sido una discusión sin respuesta a lo largo de la historia.

Principales formas musicales griegas

El Lirismo Coral, era el arte de la poesía acompañada con la Lira, con participación del Canto Coral realizado por grupos de Cantores. Dentro de la Lírica coral brillaron grandes artistas, especialmente el poeta Píndaro (518-438 a.C.), con sus Epinicios u Odas Triunfales en honor a los atletas vencedores en los Juegos Olímpicos; Píticos e Ístmicos (en honor a Poseidón o Neptuno) y Nemeos (en honor a Hércules), de los cuales se conservan algunos. Las Formas del lirismo coral más importantes, eran: el Himeneo o canto nupcial; el Treno o canto fúnebre; el Escolio o canto de banquetes; y el Peán o himno en honor a Dionysos.
El Melodrama, consistía en la declamación de un poema acompañada de algún instrumento. Surge en la antigua Grecia y su origen se atribuye a la figura de Arquíloco (c. 710-676 a.C.) considerado como el primer poeta lírico griego, cuyos Troqueos (pie de la poesía antigua de ritmo ternario que comprende dos sílabas, una larga y una breve) o Poemas Trocaicos; y Yambos (pie ternario de una sílaba breve y otra larga) o Poemas Yámbicos de tempo rápido, le imprimieron a la música griega su grande y novedosa movilidad.
La Tragedia, cuyos orígenes se confunden con los del Ditirambo, canto en honor al dios Dionysos, atribuyéndosele su creación al poeta Tespis (s. IV a.C.); consistía en diálogos entre un actor y el coro. Esquilo (525-456 a.C.) introdujo un segundo actor y luego Sófocles (496-406 a.C.) le agregó otro actor. No obstante, es a Eurípides (480-406 a.C.) a quien se considera como el más musical de los autores trágicos griegos. Entre los siglos VI y V a.C., Atenas se convirtió en un importante centro de poetas-músicos que crearon un estilo clásico y cuyas expresiones más representativas fueron el Ditirambo y el Drama (Drâma), ubicado entre la Comedia y la Tragedia.
El Ditirambo, relacionado con el culto a Dionysos (Dithýrambos, sobrenombre griego dado a Dionysos o Dionisio, llamado luego Baco por los romanos), fue uno de los principales géneros de la antigua lírica coral griega, la cual, con el tiempo dio origen a la Tragedia Ática o ateniense. Comenzó como un canto coral en honor a Dionysos y se convirtió luego, en un verdadero Himno coral con música, danza y acción mímica. Cada distrito formaba un coro y cantaban el himno llamado Ditirambo. Para tal ocasión, vestían trajes especiales y solían bailar y cantar al son de los Aulos, colocados en un Coro Circular, llamado Coro Cíclico, introducido por Ario de Lesbos hacia el 600 a.C., integrado por 50 hombres y muchachos cantores-actores y danzarines.

Conexión de la Música Griega con Asia

Tanto la música griega como la del Extremo Oriente han sido establecidas rigurosamente sobre una base melódica y organizada en géneros, en la tonalidad y en los sistemas modales. Esta conexión se da especialmente con Japón, que ofrece la visión más clara de la música asiática. Esto no significa que la música griega derivase de la japonesa; más bien ambas derivan de una Cultura Asiática Madre, que podría haber sido muchos miles de años más antigua que cada una de éstas. ¿Los chinos no afirmaron tal vez haber tomado la música de los occidentales (Mesopotamia), y los griegos no alabaron sus orígenes orientales? La escala pentatónica nacional de Japón, en el que los tetracordios tenían una tercera mayor arriba y un semitono abajo, fue copia exacta del enarmónico helénico en su estructura arcaica. Uno de sus modos, el Kumoi, es la forma en que aparecen los Himnos Délficos composiciones musicales de la antigua Grecia que se conservan en fragmentos. Fueron escritos para representarse en la procesión de la Pitaida, alrededor del año 128 a. C.​

Período Musical

Roma

Ninguna música romana ha sobrevivido, ni tenemos mucha información acerca de la vida musical en Roma. Sin embrago, es un hecho que la antigua Roma no permitía ningún instrumento excepto los de aliento, tanto para las ceremonias como para los banquetes; Livio y Virgilio llamaban Etruscos a los flautistas romanos y es muy posible que Etruria fuese responsable de la privilegiada posición de los flautistas en Roma. En una fecha desconocida, antes de Cristo, los llamados Libros Sibilinos buscaron mantener el Ritus Graecus, que consistía en la admisión de la lira y otros instrumentos griegos incluso en los sacrificios solemnes y también en la creación de una sociedad de canto griego en la ciudad. Los antiguos romanos asimilaron el legado musical que provenía de Grecia y del pueblo etrusco. Lo usaban en la música religiosa y adoptaron instrumentos musicales de esas culturas: la trompeta etrusca, el syrinx (flauta pastoril), la lira, el tympanon (pandereta), los cymabala (platillos), crotala (sonajas) y el scabillum (sonajas para los pies). Estas últimas se utilizaban sobre todo en las danzas que se realizaban en honor a Cibeles y Baco. En el siglo IV a.C. en la antigua Roma ya se realizaban obras teatrales con música que acompañaba los textos, como eran las danzas en forma de pantomima, que se acompañaban de la tibia, instrumento de viento, y el aulos griego que pasó a ser también el instrumento romano por excelencia. No existen fuentes que den pruebas de la antigua música popular en Italia; sus cualidades y abundancia puede ser conocido sólo por su estado actual.
Estas últimas se utilizaban sobre todo en las danzas que se realizaban en honor a Cibeles y Baco. En el siglo IV a.C. en la antigua Roma ya se realizaban obras teatrales con música que acompañaba los textos, como eran las danzas en forma de pantomima, que se acompañaban de la tibia, instrumento de viento, y el aulos griego que pasó a ser también el instrumento romano por excelencia. No existen fuentes que den pruebas de la antigua música popular en Italia; sus cualidades y abundancia puede ser conocido sólo por su estado actual.En la música de arte, el estilo y teoría griegas, instrumentos y músicos griegos estaban en apogeo. Hecho que se comprende bien si se tiene en cuenta que Sicilia y el sur de Italia, desde su final hasta las puertas de Roma, era Magna Grecia, La Gran Grecia. En la antigua Roma se crearon grupos o gremios teatrales. En ellos se encontraban mimos, actores, danzarines, y músicos conocidos como histriones, palabra de origen etrusco que significa danzarín. Éstos hacían adaptaciones de los dramas griegos, y en los escenarios actuaban los coros y los dúos. En Roma también se imitó la poesía griega, Catulo y Horacio fueron unos de los más importantes poetas, que escribieron piezas para cantantes y coros, que se acompañaban de la lira, el arpa, el laúd o la cítara. También existía otro tipo de música en la antigua Roma que acompañaba uno de los espectáculos más populares de la ciudad: las luchas de gladiadores y de otro tipo que se podían ver en los anfiteatros, esta música distaba mucho de ser culta, y evidentemente, tenía un carácter esencialmente popular.

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