Período Musical
ARS ANTIQUA
Período Musical
ARS ANTIQUA
El Período Musical Ars Antiqua se inicia con la invención de la Polifonía (varias voces) en el siglo IX, considerado uno de los inventos más significativos de la Historia de la Música, que da origen a todo el desarrollo y evolución de la Música Europea Occidental.
Hasta este momento las melodías del Canto Llano se desarrollan en “horizontal”, es decir, linealmente: una sola voz, un unísono continuo. Esta forma de composición es capaz de expresar los sentimientos más variados, para los sucesos más diversos, y así lo fue hasta finales del siglo IX: la alegría por la Navidad o la Resurrección; la tristeza y el dolor por la Pasión; la espera en el Adviento; la sobriedad en la Cuaresma.
Al inventarse la Polifonía, se produce una extraordinaria expansión y florecimiento de nuevas formas musicales que continúa desarrollándose, al igual que en el Período del Canto Llano o Gregoriano, en el ámbito eclesiástico y monástico. Los monjes se dedicaban a la oración solemne y al canto litúrgico, además de adiestrar a los jóvenes discípulos en el arte de la música. De esta práctica nace la necesidad de aportar nuevas formas a la vida litúrgica, ideando maneras de cantar para enriquecer y hacer más variados los momentos litúrgicos.
Las primeras prácticas polifónicas consisten en tomar una melodía gregoriana tradicional y agregarle una segunda voz por debajo de la voz principal. Esta técnica es conocida como Organum (organa, en plural).
Ejemplo de Organum paralelo
(1er procedimiento polifónico)
Los chantres ornamentan de manera espontánea las piezas sencillas del canto gregoriano con quintas, cuartas y octavas paralelas. Hucbaldo no deja lugar a dudas cuando afirma que este organum improvisado implica notas diferentes que suenan simultáneamente.
El procedimiento polifónico llamado Organum consiste en tomar una melodía tradicional del Canto Gregoriano y agregarle una segunda voz cantada que dobla a la melodía litúrgica: a un intervalo de quinta inferior por las voces de los bajos o a la cuarta superior por las voces de niños.
En el Organum el Canto Llano o Gregoriano es llamado vox principalis (voz principal), y la voz agregada que lo dobla se llama vox organalis (voz organal).
Todas estas nuevas formas vienen a “completar” el repertorio más antiguo, el que nace antes del siglo VIII, para enriquecer algo que, de por sí, estaba sobrado de belleza y emoción: antífonas, himnos, responsorios, introitos, graduales, ofertorios, comuniones, Kyrie, Gloria, Sanctus, Agnus Dei, todas formas musicales que están estrechamente vinculadas a la liturgia cristiana.
La abadía de Saint-Martial de Limoges fue uno de los centros artísticos más fecundos de los siglos XI y XII. Punto de encuentro privilegiado por su posición en el camino de Santiago, allí se cultivó el arte de la composición musical monódica y polifónica, así como el arte de la poesía litúrgica.
El tratado más antiguo que describe esta práctica se conoce como Musica Enchiriadis, y se relaciona directamente con Hucbaldo de St. Amand (ca. 840-930) o su círculo de discípulos. Sabemos que Hucbaldo fue maestro de música en la escuela abacial de Saint-Omer (883-893), y después en Reims, como Remigio de Auxerre –otro importante teórico de la música–, donde también se hace cargo de la escuela canonical. La práctica del organum paralelo está respaldada por la polifonía contenida en el Tropario de Winchester [ca.1000], con unas 160 piezas
Organum paralelo descrito en el tratado Musica enchiriadis (s.IX)
Esta organización sistemática de los sonidos verticales (vertical por su visualización en una partitura) es lo que distingue a la música occidental de la música de otras culturas, ya sea de las producidas por pueblos primitivos o por las sumamente sofisticadas de culturas orientales.
Junto a la Polifonía surgen también nuevos recursos poéticos y literarios: los tropos, las secuencias y las prosas: textos y composiciones circunstanciales con los que se enriquecían los largos melismas de algunas piezas con el fin de hacer menos aburridos los grandes desarrollos melódicos sobre una vocal, así como un recurso para memorizarlos. También es la época de la magnífica aparición del drama litúrgico.
Período Musical
Notre-Dame y la medida del Tiempo
Es en París donde este primer procedimiento polifónico, el organum, conoce su apogeo, gracias a los maestros de la escuela denominada de Notre-Dame. Desarrollado sobre las bases del organum aquitano, el parisino introduce, en el siglo XII, una importante novedad: la medida del tiempo. En efecto, la aparición de esta nueva concepción temporal del lenguaje musical, que plantea la división regular del tiempo, y que dará origen al concepto de Pulso, obedece, por una parte, a una necesidad práctica de coordinar la mayor complejidad de voces distintas que surgen con la polifonía.
Por otra parte, la aparición incipiente del Pulso en este período musical, obedece a una razón más profunda: un cambio filosófico en la concepción de la existencia del ser humano, valorizando la existencia mundana, dejando de lado, paulatinamente, la visión del período anterior que concebía la vida terrenal sólo como un medio para acceder a la dimensión atemporal divina, fuera del tiempo mundano, que se manifiesta en la música del período anterior por la ausencia de Pulso.
Esta nueva concepción filosófica emerge con el surgimiento de una nueva capa social, la burguesía, y con la irrupción de la cultura profana durante el Renacimiento Medieval del siglo XII y XIII.
Este sistema de notación desarrollado en la Escuela de Notre Dame de París se denomina notación modal. Permite al compositor asignar un patrón rítmico (de entre seis tipos básicos) a cada parte y sección, todos ellos ternarios. Gracias a este sistema se recompusieron algunas polifonías procedentes del ámbito de San Marcial de Limoges y se compusieron, entre otros, los dos Organa Quadrupla de Pérotin: «Sederunt principes» y «Viderunt omnes».
Se considera a Perotin, de la Escuela de Notre Dame, el mayor compositor del Ars Antiqua.
Perotin: Sederunt Principes. Escuela de Notre Dame. Organum.
Hacia el último tercio del siglo XIII, el desarrollo de la notación franconiana (denominada así a partir del teórico Franco de Colonia, 1215 – 1270), permitirá un uso más flexible y controlado del ritmo, dentro de un marco métrico que continua siendo exclusivamente ternario. La notación franconiana -así como un estadio anterior, la prefranconiana- parte de la definición de tres figuras rítmicas básicas: la longa, la brevis y la semibrevis (actual redonda)
Período Musical
Alternancia Polifonía – Monodia
Cabe destacar que la Monodia o Canto Llano o Canto Gregoriano, junto con permanecer y ser la base de los nuevos procedimientos polifónicos, como Vox Principalis o Cantus Firmus o Tenor, sobrevive intacta dentro de muchas obras mediante la alternancia con pasajes polifónicos, es decir, a una sección polifónica de Organum polifónico le sigue una sección monódica de Canto Llano. Esta práctica de alternancia permanecerá durante muchos siglos e incluso podemos observarla en obras del Renacimiento y el período Barroco temprano (siglo XVII).